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Un misterioso desvío institucional: el presidente de la Generalitat Valenciana mantuvo su agenda a pesar de la catástrofe que dejó 229 muertos. Carlos Mazón, del PP, no se dejó distraer por la alerta roja que decidió la Aemet a las 7.36 horas del 29 de octubre.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, mantuvo intacta su agenda institucional el día de la dana, pese a conocer desde las 9.00 de la mañana la gravedad de la situación y encargar un informe sobre el riesgo potencial de la tromba a su equipo. Sin embargo, según fuentes cercanas al Ejecutivo autonómico, Mazón estaba preocupado por la mañana.
Durante el pleno del Consell que se celebró entre las 9.00 y las 11.00 horas del día de la tragedia, se trató el peligro de las lluvias torrenciales después de que la Aemet decretara la alerta roja. El equipo de Mazón encargó a Salomé Pradas, la entonces consejera de Justicia e Interior, un informe sobre la situación.
Sin embargo, la Generalitat niega la existencia de este informe, pese a que ha sido solicitado a la jueza de Catarroja Nuria Ruiz Tobarra. Además, la exconsejera Pradas se refirió al documento el pasado abril, cuando declaró como investigada en el juzgado.
El pleno del Consell dio información sobre la alerta roja y se decidió el envío de una notificación a los teléfonos móviles. Sin embargo, esta no se envió hasta las 20.11 horas, cuando ya habían fallecido más de la mitad de las víctimas mortales.
Mazón continuó con su agenda institucional durante la mañana de la catástrofe y solo abandonó el pleno para asistir a un acto en el Palau de la Generalitat. El presidente valenciano también participó en una presentación de la estrategia autonómica de salud digital.
La situación se recrudeció rápidamente después de las 16.40 horas, cuando decenas de llamadas de desesperación llegaron a la centralita telefónica del 112. Al mismo tiempo, el 112 anunció que había recibido decenas de llamadas de personas atrapadas en plantas bajas y garajes.
El jefe del Consell se encontraba en un restaurante cuando se produjo la gran ola que sepultó municipios como Paiporta o Catarroja. Mazón no llegó a calificar de exagerada la decisión de suspender las clases en la Universidad de València, según fuentes cercanas al Ejecutivo autonómico.
La teoría del apagón informativo se ha esfumado después de reconocer que el pleno del Consell tuvo en consideración la alerta roja decretada por la Aemet. La jueza de Catarroja Nuria Ruiz Tobarra ha desmontado esta idea al negarse a imputar a los responsables de organismos estatales como la Aemet o la Confederación Hidrográfica del Júcar.
La catástrofe dejó 229 muertos, con 56 fallecidos en Paiporta y 25 en Catarroja. La Generalitat Valenciana se ha mostrado reacia a admitir cualquier responsabilidad por la desastre.
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, mantuvo intacta su agenda institucional el día de la dana, pese a conocer desde las 9.00 de la mañana la gravedad de la situación y encargar un informe sobre el riesgo potencial de la tromba a su equipo. Sin embargo, según fuentes cercanas al Ejecutivo autonómico, Mazón estaba preocupado por la mañana.
Durante el pleno del Consell que se celebró entre las 9.00 y las 11.00 horas del día de la tragedia, se trató el peligro de las lluvias torrenciales después de que la Aemet decretara la alerta roja. El equipo de Mazón encargó a Salomé Pradas, la entonces consejera de Justicia e Interior, un informe sobre la situación.
Sin embargo, la Generalitat niega la existencia de este informe, pese a que ha sido solicitado a la jueza de Catarroja Nuria Ruiz Tobarra. Además, la exconsejera Pradas se refirió al documento el pasado abril, cuando declaró como investigada en el juzgado.
El pleno del Consell dio información sobre la alerta roja y se decidió el envío de una notificación a los teléfonos móviles. Sin embargo, esta no se envió hasta las 20.11 horas, cuando ya habían fallecido más de la mitad de las víctimas mortales.
Mazón continuó con su agenda institucional durante la mañana de la catástrofe y solo abandonó el pleno para asistir a un acto en el Palau de la Generalitat. El presidente valenciano también participó en una presentación de la estrategia autonómica de salud digital.
La situación se recrudeció rápidamente después de las 16.40 horas, cuando decenas de llamadas de desesperación llegaron a la centralita telefónica del 112. Al mismo tiempo, el 112 anunció que había recibido decenas de llamadas de personas atrapadas en plantas bajas y garajes.
El jefe del Consell se encontraba en un restaurante cuando se produjo la gran ola que sepultó municipios como Paiporta o Catarroja. Mazón no llegó a calificar de exagerada la decisión de suspender las clases en la Universidad de València, según fuentes cercanas al Ejecutivo autonómico.
La teoría del apagón informativo se ha esfumado después de reconocer que el pleno del Consell tuvo en consideración la alerta roja decretada por la Aemet. La jueza de Catarroja Nuria Ruiz Tobarra ha desmontado esta idea al negarse a imputar a los responsables de organismos estatales como la Aemet o la Confederación Hidrográfica del Júcar.
La catástrofe dejó 229 muertos, con 56 fallecidos en Paiporta y 25 en Catarroja. La Generalitat Valenciana se ha mostrado reacia a admitir cualquier responsabilidad por la desastre.