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Mauricio Hoyos, biólogo marino y sobreviviente a la mordida de un tiburón blanco, desafía el mito sobre estos animales asesinos. "Hay que acabar con el mito de que los tiburones son asesinos", afirma Hoyos en una entrevista reciente.
Hoyos cuenta su historia: durante una expedición a las islas Coco para la conservación de los océanos y su biodiversidad, recibió una mordida severa de un tiburón blanco. Afortunadamente, el biólogo logró escapar de la mordida gracias al conocimiento sobre el comportamiento de estos animales y una experiencia de más de tres décadas de buzo.
"La hembra del tiburón me había llamado la atención por su tamaño", explica Hoyos. "Pero cuando me orienté hacia ella, se dio la vuelta y entonces sucedió todo. La mordida fue increíble, sentí la presión y cómo me crujía el cráneo". Afortunadamente, el biólogo logró escapar de la mordida gracias a su conocimiento sobre el comportamiento del tiburón.
Hoyos también cuenta que la hembra del tiburón no le hizo daño después de morderlo. "Me perdonó la vida", afirma Hoyos, que considera que esto demuestra que los tiburones no son asesinos, sino que actúan como cualquier otro animal para defenderse.
El biólogo marino también destaca la importancia de proteger a los tiburones y sus hábitats. "Son el sistema inmune de los océanos", afirma Hoyos. "Alimentos de organismos muertos, enfermos y viejos precisamente para mantener esta salud en el ecosistema. Es importante protegerlos".
Hoyos también critica la forma en que se representan los tiburones en la cultura popular. "Hollywood contó una historia de estos animales, cuando no había nada de información y tecnología", afirma. Ahora que hay información y tecnología, quiere demostrar otra cara de los tiburones.
"De los 286 ataques reportados entre 1876 y 2010 por tiburón blanco, sólo el 10% fue mortal", afirma Hoyos. "Esto demuestra que los tiburones no son asesinos, sino que actúan como cualquier otro animal para defenderse".
En conclusión, Mauricio Hoyos desafía el mito sobre los tiburones asesinos y destaca la importancia de proteger a estos animales y sus hábitats. "Los tiburones son el recordatorio de que no somos la única especie del planeta ni la más importante", afirma Hoyos.
Hoyos cuenta su historia: durante una expedición a las islas Coco para la conservación de los océanos y su biodiversidad, recibió una mordida severa de un tiburón blanco. Afortunadamente, el biólogo logró escapar de la mordida gracias al conocimiento sobre el comportamiento de estos animales y una experiencia de más de tres décadas de buzo.
"La hembra del tiburón me había llamado la atención por su tamaño", explica Hoyos. "Pero cuando me orienté hacia ella, se dio la vuelta y entonces sucedió todo. La mordida fue increíble, sentí la presión y cómo me crujía el cráneo". Afortunadamente, el biólogo logró escapar de la mordida gracias a su conocimiento sobre el comportamiento del tiburón.
Hoyos también cuenta que la hembra del tiburón no le hizo daño después de morderlo. "Me perdonó la vida", afirma Hoyos, que considera que esto demuestra que los tiburones no son asesinos, sino que actúan como cualquier otro animal para defenderse.
El biólogo marino también destaca la importancia de proteger a los tiburones y sus hábitats. "Son el sistema inmune de los océanos", afirma Hoyos. "Alimentos de organismos muertos, enfermos y viejos precisamente para mantener esta salud en el ecosistema. Es importante protegerlos".
Hoyos también critica la forma en que se representan los tiburones en la cultura popular. "Hollywood contó una historia de estos animales, cuando no había nada de información y tecnología", afirma. Ahora que hay información y tecnología, quiere demostrar otra cara de los tiburones.
"De los 286 ataques reportados entre 1876 y 2010 por tiburón blanco, sólo el 10% fue mortal", afirma Hoyos. "Esto demuestra que los tiburones no son asesinos, sino que actúan como cualquier otro animal para defenderse".
En conclusión, Mauricio Hoyos desafía el mito sobre los tiburones asesinos y destaca la importancia de proteger a estos animales y sus hábitats. "Los tiburones son el recordatorio de que no somos la única especie del planeta ni la más importante", afirma Hoyos.