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La Rosalía que nos cautiva y nos ciega. En un mundo donde la atención se vuelve moneda de cambio, aquella cantante valenciana ha demostrado ser una verdadera maga del marketing. Con su nuevo disco "Lux", y aún más con su presentación en la plaza de Callao, Rosalía ha logrado captar nuestra atención de manera que parece un hechizo mágico.
Pero detrás de ese glamour y ese culto a sí misma, hay una realidad más oscura. La forma en que Rosalía utiliza sus seguidores para vender su imagen, su música y su estilo es un ejemplo perfecto del capitalismo de la atención. Se nos ofrece una experiencia compartida, una sensación de comunidad, pero detrás de ese escenario, solo hay un producto bien envuelto y vendido.
La pregunta es: ¿es Rosalía una artista auténtica o una empresaria de nuestra atención? Yo creo que ambas cosas. Amo profundamente la música de Rosalía, su pasión y su dedicación a su arte. Pero también rechazo la forma en que utiliza esa atención para construir un imperio de marketing. La forma en que se presenta como una diosa, con miles de seguidores a sus pies, es un espectáculo que nos deja hipnotizados y contrariados al mismo tiempo.
La imagen que me ha quedado grabada en la mente es la de Rosalía en la plaza de Callao, rodeada de fans que la fotografiaban con teléfonos en alto. Podría ser una escena del Black Mirror o de El cuento de la criada. Pero no es solo eso lo que me ha quedado grabado, sino la forma en que Rosalía se ha convertido en un símbolo de nuestra sociedad de la atención limitada.
Con su nuevo single "Berghain", Rosalía nos ofrece una experiencia que parece un milagro. Cuerdas, Björk y el ritmo intenso de Berlín se mezclan con la voz poderosa de Rosalía. Es como si estuviéramos en el corazón del club techno, rodeados de música y pasión. Pero detrás de ese renacer, hay una realidad más oscura. La forma en que Rosalía utiliza su atención para vender su imagen es un ejemplo perfecto del capitalismo de la atención.
Asisto maravillada y contrariada a este renacer. Pero también me pregunto: ¿qué pasa con nuestra atención cuando se convierte en un bien cotizado? ¿Qué pasa con nuestra pasión y nuestra dedicación cuando se convierten en una herramienta para vender algo? La respuesta es incierta, pero lo que sí sé es que Rosalía ha demostrado ser una verdadera maga del marketing. Y eso es algo que no podemos ignorar.
				
			Pero detrás de ese glamour y ese culto a sí misma, hay una realidad más oscura. La forma en que Rosalía utiliza sus seguidores para vender su imagen, su música y su estilo es un ejemplo perfecto del capitalismo de la atención. Se nos ofrece una experiencia compartida, una sensación de comunidad, pero detrás de ese escenario, solo hay un producto bien envuelto y vendido.
La pregunta es: ¿es Rosalía una artista auténtica o una empresaria de nuestra atención? Yo creo que ambas cosas. Amo profundamente la música de Rosalía, su pasión y su dedicación a su arte. Pero también rechazo la forma en que utiliza esa atención para construir un imperio de marketing. La forma en que se presenta como una diosa, con miles de seguidores a sus pies, es un espectáculo que nos deja hipnotizados y contrariados al mismo tiempo.
La imagen que me ha quedado grabada en la mente es la de Rosalía en la plaza de Callao, rodeada de fans que la fotografiaban con teléfonos en alto. Podría ser una escena del Black Mirror o de El cuento de la criada. Pero no es solo eso lo que me ha quedado grabado, sino la forma en que Rosalía se ha convertido en un símbolo de nuestra sociedad de la atención limitada.
Con su nuevo single "Berghain", Rosalía nos ofrece una experiencia que parece un milagro. Cuerdas, Björk y el ritmo intenso de Berlín se mezclan con la voz poderosa de Rosalía. Es como si estuviéramos en el corazón del club techno, rodeados de música y pasión. Pero detrás de ese renacer, hay una realidad más oscura. La forma en que Rosalía utiliza su atención para vender su imagen es un ejemplo perfecto del capitalismo de la atención.
Asisto maravillada y contrariada a este renacer. Pero también me pregunto: ¿qué pasa con nuestra atención cuando se convierte en un bien cotizado? ¿Qué pasa con nuestra pasión y nuestra dedicación cuando se convierten en una herramienta para vender algo? La respuesta es incierta, pero lo que sí sé es que Rosalía ha demostrado ser una verdadera maga del marketing. Y eso es algo que no podemos ignorar.