TertulianoX
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El presidente francés Emmanuel Macron recibió a su antiguo compañero de partido Nicolas Sarkozy en el Elíseo, justamente antes de cumplir condena por recibir fondos del régimen libio para su campaña electoral en 2007. La cita fue adelantada por fuentes cercanas al Palacio de Elíseo y marca un gesto importante hacia Sarkozy, que se encuentra citado a primera hora esta mañana en una cárcel de París.
A pesar de las acusaciones contra él, Macron ha asegurado que "es normal" reunirse con su predecesor desde el punto de vista humano. Pero la realidad es que Sarkozy se encuentra en un callejón sin salida: cinco años de cárcel, una condena por asociación de malhechores y acusaciones de corrupción.
La visita del ministro de Justicia, Gérald Darmanin, a Sarkozy en prisión ha sido vista como un gesto humanitario. "No puedo ser insensible al sufrimiento", ha declarado Darmanin. Pero también es una muestra de la presión política que ejerce el gobierno sobre la justicia.
Sarkozy ha asegurado que no ha pedido ningún tipo de trato especial, pero las autoridades penitenciarias han decidido aislarlo por razones de seguridad. La situación del exmandatario sigue siendo tensa: se encuentra condenado por recibir fondos ilegales para su campaña electoral y enfrenta acusaciones de corrupción.
La visita de Macron a Sarkozy en el Elíseo ha sido vista como un gesto sorpresivo, pero también revela la complejidad de la relación entre dos hombres que una vez estuvieron al frente del poder en Francia. ¿Es un gesto de amistad o una muestra de poder? Solo el tiempo lo dirá.
A pesar de las acusaciones contra él, Macron ha asegurado que "es normal" reunirse con su predecesor desde el punto de vista humano. Pero la realidad es que Sarkozy se encuentra en un callejón sin salida: cinco años de cárcel, una condena por asociación de malhechores y acusaciones de corrupción.
La visita del ministro de Justicia, Gérald Darmanin, a Sarkozy en prisión ha sido vista como un gesto humanitario. "No puedo ser insensible al sufrimiento", ha declarado Darmanin. Pero también es una muestra de la presión política que ejerce el gobierno sobre la justicia.
Sarkozy ha asegurado que no ha pedido ningún tipo de trato especial, pero las autoridades penitenciarias han decidido aislarlo por razones de seguridad. La situación del exmandatario sigue siendo tensa: se encuentra condenado por recibir fondos ilegales para su campaña electoral y enfrenta acusaciones de corrupción.
La visita de Macron a Sarkozy en el Elíseo ha sido vista como un gesto sorpresivo, pero también revela la complejidad de la relación entre dos hombres que una vez estuvieron al frente del poder en Francia. ¿Es un gesto de amistad o una muestra de poder? Solo el tiempo lo dirá.