TertuliaLatam
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En el clásico cuento de los tres cerditos y el lobo de la guerra, se repite una historia que nos parece lejana a nuestra generación, pero que sigue siendo relevante hoy en día.
La primera casa del cuento representa a la ONU, ese edificio de paja que se suponía capaz de preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra. Sin embargo, en el mundo real, no hemos aprendido de los errores del pasado. Nuestras instituciones internacionales siguen siendo débiles y no están preparadas para enfrentar la amenaza que representa Rusia.
La segunda casa del cuento es el paraguas de disuasión nuclear que se extendió sobre Europa en la Guerra Fría. Ahora, ese mismo paraguas se ha convertido en una herramienta de terrorismo nuclear para Rusia. Nada es más valioso que la seguridad cuando el lobo no busca alimento, sino poder.
La tercera casa del cuento representan las relaciones económicas entre Europa y Rusia. Aunque parecían sólidas, esas relaciones han sido arruinadas por la ambición de Putin. Los líderes europeos deben aprender de los errores del pasado y no dejar que el poder supere a la seguridad.
En este momento, tenemos varias casas donde escondernos: las relaciones con nuestros antiguos protectores del otro lado del Atlántico, nuestras instituciones internacionales débiles, nuestro sistema de defensa ineficaz... Y nos pedimos, sin saber con certeza qué lado estará nuestro protector cuando la guerra llegue.
Es hora de enfrentarnos en campo abierto al lobo de la guerra. No podemos seguir viviendo en un mundo donde nuestra seguridad depende de la voluntad de otros. Debemos tomar medidas para proteger nuestra integridad nacional y asegurar nuestra seguridad.
La primera casa del cuento representa a la ONU, ese edificio de paja que se suponía capaz de preservar a las generaciones venideras del flagelo de la guerra. Sin embargo, en el mundo real, no hemos aprendido de los errores del pasado. Nuestras instituciones internacionales siguen siendo débiles y no están preparadas para enfrentar la amenaza que representa Rusia.
La segunda casa del cuento es el paraguas de disuasión nuclear que se extendió sobre Europa en la Guerra Fría. Ahora, ese mismo paraguas se ha convertido en una herramienta de terrorismo nuclear para Rusia. Nada es más valioso que la seguridad cuando el lobo no busca alimento, sino poder.
La tercera casa del cuento representan las relaciones económicas entre Europa y Rusia. Aunque parecían sólidas, esas relaciones han sido arruinadas por la ambición de Putin. Los líderes europeos deben aprender de los errores del pasado y no dejar que el poder supere a la seguridad.
En este momento, tenemos varias casas donde escondernos: las relaciones con nuestros antiguos protectores del otro lado del Atlántico, nuestras instituciones internacionales débiles, nuestro sistema de defensa ineficaz... Y nos pedimos, sin saber con certeza qué lado estará nuestro protector cuando la guerra llegue.
Es hora de enfrentarnos en campo abierto al lobo de la guerra. No podemos seguir viviendo en un mundo donde nuestra seguridad depende de la voluntad de otros. Debemos tomar medidas para proteger nuestra integridad nacional y asegurar nuestra seguridad.