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La AP-7, la autopista que atravesa Cataluña y es un paso crucial para el transporte de mercancías en Europa. Pero, ¿por qué tanto estrés y preocupación entre los transportistas? La respuesta radica en la falta de inversiones en carreteras y servicios adecuados.
Cuatro accidentes en solo dos días han dejado a centenares de camiones atrapados en la autopista, con retenciones que han durado horas. La siniestralidad en esta vía ha aumentado en los últimos años, y el número de camiones implicados en los accidentes es alarmante: alrededor del 40% de los accidentes con víctimas en Catalunya se producen en la AP-7.
El sector del transporte de mercancías reclama urgentes medidas para reducir la siniestralidad y mejorar la seguridad viaria. El tramo sur de la AP-7, entre Amposta y Tarragona, es especialmente crítico debido a su configuración: solo dos carriles de circulación, donde se concentran alrededor de 10.000 camiones diarios.
"Tenemos carreteras del siglo pasado", lamenta el director de la FEAT, José Luis Aymat. "El parque automovilístico ha crecido mucho, pero las carreteras siguen igual". El sector no ve clara la iniciativa del Servei Català de Trànsit para activar una aplicación de avisos para los conductores de la AP-7.
Los transportistas aseguran que son los primeros afectados y más interesados en reducir los accidentes. Cada accidente de tráfico en el que se ven atrapados cientos de camiones les supone romper la cadena de producción, retrasos en los envíos, alargar jornadas de trabajo y pérdidas económicas.
El caso de Cándido 2000 SL, una empresa de Joaquim Riudeubras, es un ejemplo de cómo las retenciones pueden afectar negativamente la productividad. El accidente de este martes en L'Aldea retrasó más de dos horas la entrega de la mercancía y obligó al conductor del camión a dar un rodeo de más de 20 kilómetros.
La seguridad de los conductores es otro problema que enfrenta el sector. Las empresas tienen estrictos protocolos para reducir al máximo los accidentes con vehículos de gran tonelaje, pero también enfrentan desafíos en el relevo generacional de las plantillas. "No hay oferta de chóferes jóvenes", asegura Marc Prats, director de Transports Prats.
La situación es crítica y requiere atención inmediata. Los transportistas necesitan una autopista del siglo XXI, con carriles adicionales, salidas más frecuentes y servicios adecuados para garantizar la seguridad de los conductores y reducir la siniestralidad.
Cuatro accidentes en solo dos días han dejado a centenares de camiones atrapados en la autopista, con retenciones que han durado horas. La siniestralidad en esta vía ha aumentado en los últimos años, y el número de camiones implicados en los accidentes es alarmante: alrededor del 40% de los accidentes con víctimas en Catalunya se producen en la AP-7.
El sector del transporte de mercancías reclama urgentes medidas para reducir la siniestralidad y mejorar la seguridad viaria. El tramo sur de la AP-7, entre Amposta y Tarragona, es especialmente crítico debido a su configuración: solo dos carriles de circulación, donde se concentran alrededor de 10.000 camiones diarios.
"Tenemos carreteras del siglo pasado", lamenta el director de la FEAT, José Luis Aymat. "El parque automovilístico ha crecido mucho, pero las carreteras siguen igual". El sector no ve clara la iniciativa del Servei Català de Trànsit para activar una aplicación de avisos para los conductores de la AP-7.
Los transportistas aseguran que son los primeros afectados y más interesados en reducir los accidentes. Cada accidente de tráfico en el que se ven atrapados cientos de camiones les supone romper la cadena de producción, retrasos en los envíos, alargar jornadas de trabajo y pérdidas económicas.
El caso de Cándido 2000 SL, una empresa de Joaquim Riudeubras, es un ejemplo de cómo las retenciones pueden afectar negativamente la productividad. El accidente de este martes en L'Aldea retrasó más de dos horas la entrega de la mercancía y obligó al conductor del camión a dar un rodeo de más de 20 kilómetros.
La seguridad de los conductores es otro problema que enfrenta el sector. Las empresas tienen estrictos protocolos para reducir al máximo los accidentes con vehículos de gran tonelaje, pero también enfrentan desafíos en el relevo generacional de las plantillas. "No hay oferta de chóferes jóvenes", asegura Marc Prats, director de Transports Prats.
La situación es crítica y requiere atención inmediata. Los transportistas necesitan una autopista del siglo XXI, con carriles adicionales, salidas más frecuentes y servicios adecuados para garantizar la seguridad de los conductores y reducir la siniestralidad.