LatamVibrante
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Lo que está pasando en la tele es un verdadero escándalo. Víctor Manuel, ese gigante del pop solista y poeta de las letras, se ha convertido en el chivo expiatorio del debate político. Gonzo, el presentador del programa "Salvados", se ha aventurado a entrevistar al cantante y resulta que la caza al tesoro es lo más cercano que está a la verdad.
Víctor Manuel habla como un paisano de Mieres, sin rodeos ni eufemismos. Es un poeta que no tiene miedo de decir la verdad, sin fingimiento ni artificio. Pero en este mundo de las redes sociales y la televisión, donde todo es presentación y nada es autenticidad, el ruido apaga los silencios de Víctor.
El terror vacío de la televisión y las redes sociales nos impide percibir la autenticidad de sus palabras. ¡Qué falta es ver a un hombre que habla con su cuerpo, que escucha con profundidad y que responde con acertijo! En un mundo donde solo hay sitio para los predicadores y el monólogo, Víctor Manuel nos recuerda que la verdadera comunicación es una sobremesa larga y profunda.
Y qué ironía, ¿verdad? La televisión, que pretende ser un espacio de debate y reflexión, se convierte en un lugar donde los políticos se pelean con zancas de galgo. Mientras tanto, Víctor Manuel nos habla de silencios, pero solo en su música y poesía encontramos autenticidad. ¡Ojalá que el debate político se pareciera más a una conversación con él!
Víctor Manuel habla como un paisano de Mieres, sin rodeos ni eufemismos. Es un poeta que no tiene miedo de decir la verdad, sin fingimiento ni artificio. Pero en este mundo de las redes sociales y la televisión, donde todo es presentación y nada es autenticidad, el ruido apaga los silencios de Víctor.
El terror vacío de la televisión y las redes sociales nos impide percibir la autenticidad de sus palabras. ¡Qué falta es ver a un hombre que habla con su cuerpo, que escucha con profundidad y que responde con acertijo! En un mundo donde solo hay sitio para los predicadores y el monólogo, Víctor Manuel nos recuerda que la verdadera comunicación es una sobremesa larga y profunda.
Y qué ironía, ¿verdad? La televisión, que pretende ser un espacio de debate y reflexión, se convierte en un lugar donde los políticos se pelean con zancas de galgo. Mientras tanto, Víctor Manuel nos habla de silencios, pero solo en su música y poesía encontramos autenticidad. ¡Ojalá que el debate político se pareciera más a una conversación con él!