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Según el estudio realizado por Ivàlua, la efectividad de los radares fijos en reducir la siniestralidad viaria es palpable. En 20 años, se han permitido reducir un 30,8% los accidentes con heridos y un 20,1% los siniestros con víctimas mortales o graves. Además, se han evitado 1.610 accidentes con personas heridas.
Por lo tanto, la consellera de Interior Núria Parlon ha defendido que los radares fijos son "una buena herramienta y una buena medida en clave de seguridad vial". Según el estudio, esta reducción se debe a un cambio de comportamiento de los conductores durante los 10 años posteriores a la colocación del radar. Los datos indican que a partir de los 12 años de colocación del radar, la reducción de accidentes baja al 50%.
Es interesante destacar que el estudio también ha encontrado que los accidentes no se han desplazado a los tramos de la carretera próximos al radar, lo que se conoce como "efecto canguro". En cambio, se ven situados en puntos con una alta accidentalidad.
El análisis también ha tenido en cuenta las mejoras que se han hecho en las carreteras con radar. Los datos indican que el otro factor contribuye a disminuir los accidentes provocados por otras causas, como las distracciones, ya que los conductores están más atentos.
En resumen, la efectividad de los radares fijos en reducir la siniestralidad viaria es un hecho comprobado. Es hora de considerar la posibilidad de extender su uso para disminuir aún más la accidentalidad en las carreteras catalanas.
Por lo tanto, la consellera de Interior Núria Parlon ha defendido que los radares fijos son "una buena herramienta y una buena medida en clave de seguridad vial". Según el estudio, esta reducción se debe a un cambio de comportamiento de los conductores durante los 10 años posteriores a la colocación del radar. Los datos indican que a partir de los 12 años de colocación del radar, la reducción de accidentes baja al 50%.
Es interesante destacar que el estudio también ha encontrado que los accidentes no se han desplazado a los tramos de la carretera próximos al radar, lo que se conoce como "efecto canguro". En cambio, se ven situados en puntos con una alta accidentalidad.
El análisis también ha tenido en cuenta las mejoras que se han hecho en las carreteras con radar. Los datos indican que el otro factor contribuye a disminuir los accidentes provocados por otras causas, como las distracciones, ya que los conductores están más atentos.
En resumen, la efectividad de los radares fijos en reducir la siniestralidad viaria es un hecho comprobado. Es hora de considerar la posibilidad de extender su uso para disminuir aún más la accidentalidad en las carreteras catalanas.