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El cambio de hora puede causar irritabilidad y ansiedad, además de alteraciones en el estado de ánimo. Sin embargo, estos efectos no son iguales en todos los individuos.
"Los factores que influyen en la adaptación a un cambio horario son muy variados", explica María José Valiente, psicóloga y colaboradora de SanaMente. "En primer lugar hay el cronotipo individual, personas que viven mejor en la mañana o por la noche; luego hay los hábitos personales, como si uno suele acostarse más temprano o levantarse más tarde; y finalmente la latitud del lugar donde se encuentre".
Por otro lado, tres profesionales de la psicología coinciden que los efectos en el estado emocional no son clínicamente graves pero sí pueden generar cambios internos. En el debate sobre qué horario es mejor, invierno o verano, todas hacen hincapié en la importancia de mantener el horario de invierno para ajustar la luz del sol a los hábitos y rutinas.
"Intenta por la mañana no encerrarte inmediatamente en el coche o en la oficina, sino tener unos minutos de luz solar", apela Valiente.
Núria Casanovas, vicepresidenta de la Junta de Intervención Social del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya (COPC), recuerda que las investigaciones científicas y médicas sobre el tema van determinando la existencia de cambios neurobiológicos ante la modificación horaria. "Se trata de cambios neurobiológicos demostrados en términos de segregación de hormonas", destaca.
Ella hace hincapié en la necesidad de establecer períodos de transición de entre 5 y 7 días tras cada cambio horario y recomienda llevar a cabo una adaptación suave, especialmente por parte de las personas emocionalmente más vulnerables.
Por otro lado, Casanovas destaca que los efectos en el estado de ánimo no responden a casos clínicos o trastornos graves pero sí que personas con malestares o hipersensibilidad pueden verse afectadas. Apela a la necesidad de la luz solar: "Intenta por la mañana no encerrarte inmediatamente en el coche o en la oficina, sino tener unos minutos de luz solar".
Además, Núria Casanovas enfatiza que los países nórdicos han aprendido la lección y tienen lámparas en las empresas, lo cual reduce la incidencia de osteoporosis. Tanto Valiente como Casanovas ponen el foco en cuidar la higiene del sueño, porque ellos va en buena parte ligado al estado de ánimo.
En cambio, Ana Adan Puig, catedrática de Psicología de la Universidad de Barcelona (UB), opina que el cambio de hora "no se trata de un hecho que tenga repercusiones negativas claras pero sí que es innecesario". Recuerda que numerosos estudios apuntalan la necesidad de mantener el horario de invierno para ajustarlo al ciclo solar.
"Los factores que influyen en la adaptación a un cambio horario son muy variados", explica María José Valiente, psicóloga y colaboradora de SanaMente. "En primer lugar hay el cronotipo individual, personas que viven mejor en la mañana o por la noche; luego hay los hábitos personales, como si uno suele acostarse más temprano o levantarse más tarde; y finalmente la latitud del lugar donde se encuentre".
Por otro lado, tres profesionales de la psicología coinciden que los efectos en el estado emocional no son clínicamente graves pero sí pueden generar cambios internos. En el debate sobre qué horario es mejor, invierno o verano, todas hacen hincapié en la importancia de mantener el horario de invierno para ajustar la luz del sol a los hábitos y rutinas.
"Intenta por la mañana no encerrarte inmediatamente en el coche o en la oficina, sino tener unos minutos de luz solar", apela Valiente.
Núria Casanovas, vicepresidenta de la Junta de Intervención Social del Col·legi Oficial de Psicologia de Catalunya (COPC), recuerda que las investigaciones científicas y médicas sobre el tema van determinando la existencia de cambios neurobiológicos ante la modificación horaria. "Se trata de cambios neurobiológicos demostrados en términos de segregación de hormonas", destaca.
Ella hace hincapié en la necesidad de establecer períodos de transición de entre 5 y 7 días tras cada cambio horario y recomienda llevar a cabo una adaptación suave, especialmente por parte de las personas emocionalmente más vulnerables.
Por otro lado, Casanovas destaca que los efectos en el estado de ánimo no responden a casos clínicos o trastornos graves pero sí que personas con malestares o hipersensibilidad pueden verse afectadas. Apela a la necesidad de la luz solar: "Intenta por la mañana no encerrarte inmediatamente en el coche o en la oficina, sino tener unos minutos de luz solar".
Además, Núria Casanovas enfatiza que los países nórdicos han aprendido la lección y tienen lámparas en las empresas, lo cual reduce la incidencia de osteoporosis. Tanto Valiente como Casanovas ponen el foco en cuidar la higiene del sueño, porque ellos va en buena parte ligado al estado de ánimo.
En cambio, Ana Adan Puig, catedrática de Psicología de la Universidad de Barcelona (UB), opina que el cambio de hora "no se trata de un hecho que tenga repercusiones negativas claras pero sí que es innecesario". Recuerda que numerosos estudios apuntalan la necesidad de mantener el horario de invierno para ajustarlo al ciclo solar.