El expresidente francés Nicolas Sarkozy ha encontrado su lugar en la cárcel de La Santé, donde se beneficia de un sistema de protección y privilegios que le permiten vivir con cierta comodidad. Según fuentes penitenciarias, su celda, situada en el módulo destinado a reclusos de alto perfil o con necesidades de seguridad específicas, cuenta con vigilancia permanente y un régimen de movimientos restringido.
Sin embargo, Sarkozy disfruta de una mayor privacidad y confort que los presos ordinarios. Su celda, de 9 metros cuadrados, incluye una televisión y un teléfono fijo "sometido a controles estrictos", además de un baño con inodoro y ducha separado por una puerta de cantina. Además, dispone de un espacio privado en el que puede realizar actividad física y tiene permitido recibir correspondencia y visitas tres veces por semana.
El político conservador también ha tenido encuentros regulares con sus abogados, incluyendo a Jean-Michel Darrois, quien aseguró que Sarkozy "hará todo lo posible para demostrar su inocencia" en el juicio de apelación previsto en marzo de 2026. Darrois relató una reunión prolongada en la sala de visitas, donde Sarkozy se presentó como un hombre fuerte y dinámico.
La demanda de puesta en libertad presentada por los abogados de Sarkozy busca que el Tribunal de Apelación de París decida al respecto antes de las próximas Navidades. Sin embargo, Sarkozy sigue condenado a cinco años de prisión por un delito de asociación ilícita en relación con la financiación libia de su campaña de 2007, lo que lo convierte en el primer expresidente de la República francesa en ser encarcelado.
Sin embargo, Sarkozy disfruta de una mayor privacidad y confort que los presos ordinarios. Su celda, de 9 metros cuadrados, incluye una televisión y un teléfono fijo "sometido a controles estrictos", además de un baño con inodoro y ducha separado por una puerta de cantina. Además, dispone de un espacio privado en el que puede realizar actividad física y tiene permitido recibir correspondencia y visitas tres veces por semana.
El político conservador también ha tenido encuentros regulares con sus abogados, incluyendo a Jean-Michel Darrois, quien aseguró que Sarkozy "hará todo lo posible para demostrar su inocencia" en el juicio de apelación previsto en marzo de 2026. Darrois relató una reunión prolongada en la sala de visitas, donde Sarkozy se presentó como un hombre fuerte y dinámico.
La demanda de puesta en libertad presentada por los abogados de Sarkozy busca que el Tribunal de Apelación de París decida al respecto antes de las próximas Navidades. Sin embargo, Sarkozy sigue condenado a cinco años de prisión por un delito de asociación ilícita en relación con la financiación libia de su campaña de 2007, lo que lo convierte en el primer expresidente de la República francesa en ser encarcelado.