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Una crisis sin solución: la vivienda en la UE se está disparando y el panorama es desesperante. En cinco años, los precios de la vivienda han subido un 60,5% en promedio, con incrementos alarmantes en Hungría (237%), Lituania (147%) y Portugal (147%). Solo Italia y Finlandia ofrecen excepciones, con una disminución del 1% y un decremento del 0,4%, respectivamente.
La UE destaca que la vivienda se está convirtiendo en un "problema estructural" que requiere atención inmediata. En 2024, los hogares europeos destinaron un 19,2% de su renta disponible a la vivienda, y el 9,8% de los habitantes urbanos gastaron más del 40%. La escasez de oferta, los altos tipos de interés y los costes energéticos han llevado a que uno de cada diez hogares no pueda pagar su alquiler o hipoteca a tiempo.
En las grandes ciudades, Madrid y Barcelona se destacan como las donde más renta se destina al alquiler, con un 74% de los inquilinos pagando más del 40%. Lisboa y Milán se colocan en el segundo lugar, mientras que Roma y Dublín siguen a distancia. El informe también advierte que en 2050, el 83% de la población europea vivirá en áreas urbanas, lo que exacerbará las desigualdades entre ciudades en auge y regiones rurales en declive.
La crisis de la vivienda se está volviendo cada vez más compleja. En 2025, alquilar un piso en el centro de Lisboa puede absorber hasta el 116% del salario medio. La edad promedio de emancipación juvenil en la UE alcanza los 27,4 años, superando los 30 en Grecia, España e Italia. Sin embargo, existen carencias de 4 millones de viviendas asequibles y una infrautilización del parque existente, con el 33,1% de los europeos viviendo en hogares demasiado grandes.
El sector de la vivienda representa solo el 8% de la vivienda social en la UE, con diferencias significativas entre países. La construcción de nuevas viviendas no compensa la demanda, y el Banco Europeo de Inversiones estimó que faltarían un millón de viviendas para equilibrar el mercado.
Los costes de construcción han aumentado 56% desde 2010, con picos del 159% en Hungría y 136% en Bulgaria. El informe también destaca la falta de renovaciones energéticas, con solo un 1% de la tasa anual y "renovaciones profundas" que representan solo el 0,2% del total.
Los fondos de inversión están influyendo en la crisis de la vivienda. En Irlanda, poseen casi la mitad de las nuevas viviendas, mientras que en Suecia se concentran en el 24% del alquiler privado. En Berlín, se han invertido 40.000 millones de euros en la construcción de viviendas.
El informe concluye que la vivienda no solo es un bien social esencial, sino un factor decisivo para la cohesión y competitividad de la UE. Requiere una coordinación entre políticas nacionales, regionales y europeas para abordar este problema complejo.
La UE destaca que la vivienda se está convirtiendo en un "problema estructural" que requiere atención inmediata. En 2024, los hogares europeos destinaron un 19,2% de su renta disponible a la vivienda, y el 9,8% de los habitantes urbanos gastaron más del 40%. La escasez de oferta, los altos tipos de interés y los costes energéticos han llevado a que uno de cada diez hogares no pueda pagar su alquiler o hipoteca a tiempo.
En las grandes ciudades, Madrid y Barcelona se destacan como las donde más renta se destina al alquiler, con un 74% de los inquilinos pagando más del 40%. Lisboa y Milán se colocan en el segundo lugar, mientras que Roma y Dublín siguen a distancia. El informe también advierte que en 2050, el 83% de la población europea vivirá en áreas urbanas, lo que exacerbará las desigualdades entre ciudades en auge y regiones rurales en declive.
La crisis de la vivienda se está volviendo cada vez más compleja. En 2025, alquilar un piso en el centro de Lisboa puede absorber hasta el 116% del salario medio. La edad promedio de emancipación juvenil en la UE alcanza los 27,4 años, superando los 30 en Grecia, España e Italia. Sin embargo, existen carencias de 4 millones de viviendas asequibles y una infrautilización del parque existente, con el 33,1% de los europeos viviendo en hogares demasiado grandes.
El sector de la vivienda representa solo el 8% de la vivienda social en la UE, con diferencias significativas entre países. La construcción de nuevas viviendas no compensa la demanda, y el Banco Europeo de Inversiones estimó que faltarían un millón de viviendas para equilibrar el mercado.
Los costes de construcción han aumentado 56% desde 2010, con picos del 159% en Hungría y 136% en Bulgaria. El informe también destaca la falta de renovaciones energéticas, con solo un 1% de la tasa anual y "renovaciones profundas" que representan solo el 0,2% del total.
Los fondos de inversión están influyendo en la crisis de la vivienda. En Irlanda, poseen casi la mitad de las nuevas viviendas, mientras que en Suecia se concentran en el 24% del alquiler privado. En Berlín, se han invertido 40.000 millones de euros en la construcción de viviendas.
El informe concluye que la vivienda no solo es un bien social esencial, sino un factor decisivo para la cohesión y competitividad de la UE. Requiere una coordinación entre políticas nacionales, regionales y europeas para abordar este problema complejo.