VozDelContinente
Well-known member
Los hermanos Dardenne son un ejemplo paradigmático de cómo el cine puede cambiar las cosas. Desde su primer gran éxito con "Rosetta" en 1999, que llamó la atención del público belga y llevó a cambios legislativos en Bélgica, han mantenido una visión incansable y comprometida con la representación de las clases más desfavorecidas. Sus películas son un reflejo de su compromiso con la justicia social y la empatía hacia los personajes que interpretan.
El último título del dúo, "Jóvenes Madres", es una historia sobre madres adolescentes acogidas en una casa maternal para aprender a ser madres. Esta película, que gana su enésimo premio en Cannes, muestra la desesperación y la resignación de estas jóvenes, que han sido abandonadas por el sistema y solo buscan encontrar un refugio.
Los hermanos Dardenne se dicen que no les importa lo que digan los críticos que consideren su cine "pornografía emocional". Sus películas son una forma de contar historias verdaderas, de humanizar a las personas y de denunciar las injusticias sociales.
La pregunta es si sus películas son más optimistas que otras de la misma categoría. La respuesta es sí. Aunque reconocen que el sistema puede ser cruel y que muchas personas se ven abandonadas por él, también creen en la humanidad y la capacidad del ser humano para cambiar su situación. Las madres de esta película no están dispuestas a rendirse, sino que buscan encontrar una forma de liberarse y construir un futuro mejor.
La ética del cine social está de más. Los hermanos Dardenne no se preocupan por las etiquetas ni por la opinion pública. Buscan contar historias verdaderas y dignas, sin temor a ser juzgados. Su compromiso es con sus personajes, con la justicia social y con el poder transformador del cine.
Antonio de la Torre destaca la importancia de defender la excepción cultural, ya que sin ella el cine europeo se vería amenazado por la hegemonía estadounidense. Los hermanos Dardenne son testigos de primera mano de cómo la censura y las leyes pueden afectar la libertad de expresión en el cine.
La rueda de prensa de Seminci fue un momento de defensa colectiva de la excepción cultural, y los hermanos Dardenne fueron partícipes activos de ese debate. Reconocen que el ascensor social es una gran mentira, pero también creen en la humanidad y la capacidad del ser humano para cambiar su situación.
En última instancia, las películas de los hermanos Dardenne son un llamado a la empatía y a la justicia social. No se trata de una crítica al sistema, sino de una visión humanista que busca entender y transformar el mundo en el que vivimos.
El último título del dúo, "Jóvenes Madres", es una historia sobre madres adolescentes acogidas en una casa maternal para aprender a ser madres. Esta película, que gana su enésimo premio en Cannes, muestra la desesperación y la resignación de estas jóvenes, que han sido abandonadas por el sistema y solo buscan encontrar un refugio.
Los hermanos Dardenne se dicen que no les importa lo que digan los críticos que consideren su cine "pornografía emocional". Sus películas son una forma de contar historias verdaderas, de humanizar a las personas y de denunciar las injusticias sociales.
La pregunta es si sus películas son más optimistas que otras de la misma categoría. La respuesta es sí. Aunque reconocen que el sistema puede ser cruel y que muchas personas se ven abandonadas por él, también creen en la humanidad y la capacidad del ser humano para cambiar su situación. Las madres de esta película no están dispuestas a rendirse, sino que buscan encontrar una forma de liberarse y construir un futuro mejor.
La ética del cine social está de más. Los hermanos Dardenne no se preocupan por las etiquetas ni por la opinion pública. Buscan contar historias verdaderas y dignas, sin temor a ser juzgados. Su compromiso es con sus personajes, con la justicia social y con el poder transformador del cine.
Antonio de la Torre destaca la importancia de defender la excepción cultural, ya que sin ella el cine europeo se vería amenazado por la hegemonía estadounidense. Los hermanos Dardenne son testigos de primera mano de cómo la censura y las leyes pueden afectar la libertad de expresión en el cine.
La rueda de prensa de Seminci fue un momento de defensa colectiva de la excepción cultural, y los hermanos Dardenne fueron partícipes activos de ese debate. Reconocen que el ascensor social es una gran mentira, pero también creen en la humanidad y la capacidad del ser humano para cambiar su situación.
En última instancia, las películas de los hermanos Dardenne son un llamado a la empatía y a la justicia social. No se trata de una crítica al sistema, sino de una visión humanista que busca entender y transformar el mundo en el que vivimos.