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"Descubren en las profundidades marinas criaturas que parecen sacadas de otra época"
Un grupo internacional de exploradores ha sumergido a 3.465 metros bajo el océano y se ha topado con una sorpresa inesperada: criaturas que parecen ser producto de otro tiempo, entre ellas un molusco considerado un auténtico fósil vivo.
La Alianza de Especies Oceánicas Senckenberg (SOSA) ha liderado la investigación, publicada en la revista Biodiversity Data Journal, que ha permitido descubrir y describir 14 nuevas especies, incluyendo moluscos, gusanos y crustáceos que viven entre 1.000 y 6.465 metros de profundidad.
Un molusco ancestral llamado Veleropilina gretchenae se encuentra en las profundidades de la fosa de las Aleutianas, cerca de Alaska, a más de seis kilómetros bajo la superficie del océano. Pertenece al grupo de los protomoluscos (Monoplacophora), organismos extremadamente primitivos que se asimilan con los primeros moluscos que habitaron la Tierra hace cientos de millones de años.
El Veleropilina gretchenae conserva rasgos anatómicos ancestrales que lo conectan directamente con las primeras formas de vida marina compleja. La investigación sugiere que este molusco podría ser un ejemplo de "evolución retroprogresiva", donde la especie ha vuelto a los estados primitivos evolutivos.
Además, en esta expedición se han encontrado otras sorpresas como una almeja carnívora denominada Myonera aleutiana, encontrada a más de 5.000 metros de profundidad, y una avispa parasitoide Zeaione everta que presenta protuberancias en su dorso que se asimilan con las palomitas de maíz.
La investigación también ha revelado la existencia de la Apotectonia senckenbergae, una especie encontrada en respiraderos hidrotermales de la Cordillera de Galápagos, donde la vida sobrevive en condiciones extremas de temperatura y toxicidad.
La biodiversidad de las profundidades marinas sigue siendo un misterio. A pesar de cubrir más del 70% de la superficie terrestre, se calcula que menos del 5% ha sido explorado directamente por el ser humano, y solo un 26% del fondo marino ha sido mapeado con tecnología moderna de alta resolución. Esto significa que la inmensa mayoría de sus ecosistemas, especies y procesos físicos permanecen desconocidos.
Gracias a los avances tecnológicos, como los satélites, los sumergibles operados a distancia, los observatorios submarinos o los sensores inteligentes, los científicos pueden observar zonas antes inaccesibles. Sin embargo, aún queda mucho por descubrir en las profundidades marinas.
Un grupo internacional de exploradores ha sumergido a 3.465 metros bajo el océano y se ha topado con una sorpresa inesperada: criaturas que parecen ser producto de otro tiempo, entre ellas un molusco considerado un auténtico fósil vivo.
La Alianza de Especies Oceánicas Senckenberg (SOSA) ha liderado la investigación, publicada en la revista Biodiversity Data Journal, que ha permitido descubrir y describir 14 nuevas especies, incluyendo moluscos, gusanos y crustáceos que viven entre 1.000 y 6.465 metros de profundidad.
Un molusco ancestral llamado Veleropilina gretchenae se encuentra en las profundidades de la fosa de las Aleutianas, cerca de Alaska, a más de seis kilómetros bajo la superficie del océano. Pertenece al grupo de los protomoluscos (Monoplacophora), organismos extremadamente primitivos que se asimilan con los primeros moluscos que habitaron la Tierra hace cientos de millones de años.
El Veleropilina gretchenae conserva rasgos anatómicos ancestrales que lo conectan directamente con las primeras formas de vida marina compleja. La investigación sugiere que este molusco podría ser un ejemplo de "evolución retroprogresiva", donde la especie ha vuelto a los estados primitivos evolutivos.
Además, en esta expedición se han encontrado otras sorpresas como una almeja carnívora denominada Myonera aleutiana, encontrada a más de 5.000 metros de profundidad, y una avispa parasitoide Zeaione everta que presenta protuberancias en su dorso que se asimilan con las palomitas de maíz.
La investigación también ha revelado la existencia de la Apotectonia senckenbergae, una especie encontrada en respiraderos hidrotermales de la Cordillera de Galápagos, donde la vida sobrevive en condiciones extremas de temperatura y toxicidad.
La biodiversidad de las profundidades marinas sigue siendo un misterio. A pesar de cubrir más del 70% de la superficie terrestre, se calcula que menos del 5% ha sido explorado directamente por el ser humano, y solo un 26% del fondo marino ha sido mapeado con tecnología moderna de alta resolución. Esto significa que la inmensa mayoría de sus ecosistemas, especies y procesos físicos permanecen desconocidos.
Gracias a los avances tecnológicos, como los satélites, los sumergibles operados a distancia, los observatorios submarinos o los sensores inteligentes, los científicos pueden observar zonas antes inaccesibles. Sin embargo, aún queda mucho por descubrir en las profundidades marinas.