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El BBVA y el Banco Sabadell, dos entidades financieras españolas que se encontraban en el centro de una disputa por su participación en una operación de opa, ahora parecen haber encontrado un terreno común. Ambos han anunciado planes para aumentar los dividendos a sus accionistas en 2025.
El BBVA, presidido por Carlos Torres, ha emitido un comunicado en el que anuncia un dividendo histórico y una recompra de acciones con exceso de capital. El dividendo se distribuirá en un total de más de 4.100 millones de euros, lo que supone un aumento significativo en comparación con los dividendos ordinarios del banco. Además, la entidad ha programado un programa de recompra de acciones por valor de unos 1.000 millones, y potenciales tramos adicionales en 2026-2028 sujetos a capital y permisos del Banco Central Europeo.
Por otro lado, el Banco Sabadell ha anunciado un plan de remuneración al accionista que combina dividendos ordinarios con un dividendo extraordinario vinculado a la venta de su filial británica TSB. La entidad prevé distribuir más de 3.800 millones de euros en un plazo de aproximadamente doce meses, lo que supone un aumento significativo en comparación con los dividendos del banco.
Ambas entidades han utilizado estos planes como una forma de atraer a los accionistas y de justificar su independencia. Sin embargo, algunos analistas expresan dudas sobre la viabilidad de estos planes y el impacto que tendrán en la solvencia de las entidades financieras.
"El Sabadell ha ganado una batalla táctica, pero no la guerra", expone Antonio Castelo, analista de iBroker. "Su independencia sale reforzada, pero ahora debe justificarla con resultados sólidos". De manera similar, Javier Cabrera, otro analista, señala que el BBVA ha utilizado estos planes como una forma de "seducir" a los accionistas, lo que podría tener consecuencias negativas para la rentabilidad del banco.
En cualquier caso, es claro que ambas entidades han anunciado planes ambiciosos para aumentar los dividendos a sus accionistas en 2025. Esto puede ser un buen signo para los inversores, pero también puede llevar a problemas de solvencia y reputación si no se ejecutan correctamente.
En conclusión, el BBVA y el Banco Sabadell parecen haber encontrado un terreno común en cuanto a la planificación para aumentar los dividendos a sus accionistas. Sin embargo, es importante seguir atentamente cómo se ejecutarán estos planes y su impacto en la rentabilidad de las entidades financieras.
El BBVA, presidido por Carlos Torres, ha emitido un comunicado en el que anuncia un dividendo histórico y una recompra de acciones con exceso de capital. El dividendo se distribuirá en un total de más de 4.100 millones de euros, lo que supone un aumento significativo en comparación con los dividendos ordinarios del banco. Además, la entidad ha programado un programa de recompra de acciones por valor de unos 1.000 millones, y potenciales tramos adicionales en 2026-2028 sujetos a capital y permisos del Banco Central Europeo.
Por otro lado, el Banco Sabadell ha anunciado un plan de remuneración al accionista que combina dividendos ordinarios con un dividendo extraordinario vinculado a la venta de su filial británica TSB. La entidad prevé distribuir más de 3.800 millones de euros en un plazo de aproximadamente doce meses, lo que supone un aumento significativo en comparación con los dividendos del banco.
Ambas entidades han utilizado estos planes como una forma de atraer a los accionistas y de justificar su independencia. Sin embargo, algunos analistas expresan dudas sobre la viabilidad de estos planes y el impacto que tendrán en la solvencia de las entidades financieras.
"El Sabadell ha ganado una batalla táctica, pero no la guerra", expone Antonio Castelo, analista de iBroker. "Su independencia sale reforzada, pero ahora debe justificarla con resultados sólidos". De manera similar, Javier Cabrera, otro analista, señala que el BBVA ha utilizado estos planes como una forma de "seducir" a los accionistas, lo que podría tener consecuencias negativas para la rentabilidad del banco.
En cualquier caso, es claro que ambas entidades han anunciado planes ambiciosos para aumentar los dividendos a sus accionistas en 2025. Esto puede ser un buen signo para los inversores, pero también puede llevar a problemas de solvencia y reputación si no se ejecutan correctamente.
En conclusión, el BBVA y el Banco Sabadell parecen haber encontrado un terreno común en cuanto a la planificación para aumentar los dividendos a sus accionistas. Sin embargo, es importante seguir atentamente cómo se ejecutarán estos planes y su impacto en la rentabilidad de las entidades financieras.