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Una familia se enfrenta a la dura realidad de que su hijo con necesidad educativa especial (NEE) no puede vivir bajo un régimen de custodia compartida. Un juzgado de Familia en Vigo ha denegado este tipo de acuerdo, considerando que el niño requiere "ayudas específicas de apoyo educativo" y una "ambiente muy estable".
Según el juez, no es posible cumplir con los requisitos del régimen compartido. La sentencia destaca la importancia de la estabilidad en un entorno para una persona con necesidades especiales. "Es necesario especial estabilidad... No consideramos que resulte el régimen más adecuado para el menor", dijeron los magistrados.
Este caso es solo uno de muchos donde se opta por la custodia exclusiva debido a las necesidades crónicas del hijo. La tendencia en estos casos es que se busque una estabilidad constante y predecible, aspecto clave para niños con autismo o trastornos de conducta.
Para estos menores, "no es bueno estar cambiando de rutina, de casa, cada semana", advierten fuentes judiciales. Necesitan estabilidad por lo que se opta por otorgar la custodia a uno de los padres y un régimen de visitas para el otro progenitor.
En este caso, una familia había pactado un acuerdo regulador según el cual el niño tendría una custodia compartida semanal. Sin embargo, pese a la paciencia del centro educativo especializado en dificultades de aprendizaje y conducta, se mantuvieron algunos comportamientos anteriores.
En casos como estos, la sentencia avala un régimen de visitas "amplio" para el padre, aunque considera que no es adecuado instaurar una custodia compartida debido a los problemas del menor.
Según el juez, no es posible cumplir con los requisitos del régimen compartido. La sentencia destaca la importancia de la estabilidad en un entorno para una persona con necesidades especiales. "Es necesario especial estabilidad... No consideramos que resulte el régimen más adecuado para el menor", dijeron los magistrados.
Este caso es solo uno de muchos donde se opta por la custodia exclusiva debido a las necesidades crónicas del hijo. La tendencia en estos casos es que se busque una estabilidad constante y predecible, aspecto clave para niños con autismo o trastornos de conducta.
Para estos menores, "no es bueno estar cambiando de rutina, de casa, cada semana", advierten fuentes judiciales. Necesitan estabilidad por lo que se opta por otorgar la custodia a uno de los padres y un régimen de visitas para el otro progenitor.
En este caso, una familia había pactado un acuerdo regulador según el cual el niño tendría una custodia compartida semanal. Sin embargo, pese a la paciencia del centro educativo especializado en dificultades de aprendizaje y conducta, se mantuvieron algunos comportamientos anteriores.
En casos como estos, la sentencia avala un régimen de visitas "amplio" para el padre, aunque considera que no es adecuado instaurar una custodia compartida debido a los problemas del menor.