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Pedro Sánchez se atrevió a llevar unas gafas de Christian Dior de casi 300 euros durante su comparecencia en el Senado, pero lo que realmente sorprendió no fueron las lentes, sino que si la capacidad del jefe del Ejecutivo para distraer la atención. 
En un truco bien elaborado, Sánchez se presentó con unas gafas de diseño particular para llamar la atención y tomar tiempo en sus intervenciones, pero lo que realmente pasó fue que, al final de su comparecencia, no se vio una sola de ellas. Las lentes quedaron olvidadas en una esquina de la mesa, alejadas de los numerosos papeles con los que ha contado el presidente del Gobierno.
El truco de Sánchez residía en un relevante cambio físico a través de un elemento con el que nunca antes se le había visto. Portar unas gafas buscaba aportar un valor diferencial al líder del PSOE, pero lo que realmente pasó fue que la ausencia de las mismas para leer alertó de la posibilidad de engaño por parte del jefe del Ejecutivo.
El modelo 2601 de gafas de Dior que utilizó Sánchez cuesta casi 300 euros y se asemeja al 30. El diseño inspirado en el pasado, con detalles dorados y acetato, no es para todo el mundo, pero Sánchez quería dar un paso más para destacar su presencia.
Las camisas verdes que ha utilizado en otras ocasiones han dado paso a estas lentes, un elemento necesario pero que el presidente del Gobierno ha llevado al lujo y a utilizar casi hasta el final como un disuasorio. Sin embargo, fue la ausencia de las gafas para leer lo que realmente alertó de la posibilidad de engaño por parte del jefe del Ejecutivo.
En su comparecencia en el Senado, Sánchez buscó la atención con unas gafas, pero finalmente fue la capacidad del presidente del Gobierno para distraer la atención lo que llamó la atención.
				
			En un truco bien elaborado, Sánchez se presentó con unas gafas de diseño particular para llamar la atención y tomar tiempo en sus intervenciones, pero lo que realmente pasó fue que, al final de su comparecencia, no se vio una sola de ellas. Las lentes quedaron olvidadas en una esquina de la mesa, alejadas de los numerosos papeles con los que ha contado el presidente del Gobierno.
El truco de Sánchez residía en un relevante cambio físico a través de un elemento con el que nunca antes se le había visto. Portar unas gafas buscaba aportar un valor diferencial al líder del PSOE, pero lo que realmente pasó fue que la ausencia de las mismas para leer alertó de la posibilidad de engaño por parte del jefe del Ejecutivo.
El modelo 2601 de gafas de Dior que utilizó Sánchez cuesta casi 300 euros y se asemeja al 30. El diseño inspirado en el pasado, con detalles dorados y acetato, no es para todo el mundo, pero Sánchez quería dar un paso más para destacar su presencia.
Las camisas verdes que ha utilizado en otras ocasiones han dado paso a estas lentes, un elemento necesario pero que el presidente del Gobierno ha llevado al lujo y a utilizar casi hasta el final como un disuasorio. Sin embargo, fue la ausencia de las gafas para leer lo que realmente alertó de la posibilidad de engaño por parte del jefe del Ejecutivo.
En su comparecencia en el Senado, Sánchez buscó la atención con unas gafas, pero finalmente fue la capacidad del presidente del Gobierno para distraer la atención lo que llamó la atención.