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El cielo, un libro sin letras. El filólogo Raoul Schrott ha pasado siete años recopilando mitos celestiales de 17 culturas en un atlas de casi 1.200 páginas.
Schrott nos dice que, hace 15.000 años, cuando se inventó la escritura, las estrellas ya habían sido el primer libro para pasar conocimientos a las nuevas generaciones. El hombre aprendió a escribir mucho después de que su antepasado había comenzado a dibujar figuras en el cielo.
El autor destaca cómo una serie de civilizaciones del pasado, como los griegos o los egipcios, plasmaron sus mitos en constelaciones que nos llegan hasta hoy. "Las estrellas son un universo demasiado grande y frío para la mente humana", pero las humanidades han dibujado sobre ellas nuestras pequeñas historias de humanos, mitos y cuentos.
Entre estas 17 culturas están los maoríes, que vienen a ver en el cielo una canoa celestial, o los tuaregs, que tienen en el firmamento una figura del camello.
Schrott sostiene que el libro que ha escrito es el único por ahora donde se han recopilado de forma detallada todas las historias de 17 culturas, aunque ha habido otros intentos anteriores. "Muchas de las historias ya se han perdido", nos dice.
En su libro, Schrott destaca la importancia que tiene una persona mirar al cielo y ver en él algo de lo propio o la propia cultura. El autor destaca que la gente ve figuras que le resultan familiares. Dado que la fauna varía según la región del planeta, quienes observaban el cielo nocturno conectaban las estrellas dibujando camellos, renos o tiburones.
El libro de Schrott contiene todas las historias de estas 17 culturas y refleja una gran cantidad de diversidad geográfica y cultural. El autor señala que su libro es el único en poner en común estas diversas cosmovisiones celestiales, aunque reconoce que se han perdido muchas otras historias por el tiempo.
Schrott nos dice que, hace 15.000 años, cuando se inventó la escritura, las estrellas ya habían sido el primer libro para pasar conocimientos a las nuevas generaciones. El hombre aprendió a escribir mucho después de que su antepasado había comenzado a dibujar figuras en el cielo.
El autor destaca cómo una serie de civilizaciones del pasado, como los griegos o los egipcios, plasmaron sus mitos en constelaciones que nos llegan hasta hoy. "Las estrellas son un universo demasiado grande y frío para la mente humana", pero las humanidades han dibujado sobre ellas nuestras pequeñas historias de humanos, mitos y cuentos.
Entre estas 17 culturas están los maoríes, que vienen a ver en el cielo una canoa celestial, o los tuaregs, que tienen en el firmamento una figura del camello.
Schrott sostiene que el libro que ha escrito es el único por ahora donde se han recopilado de forma detallada todas las historias de 17 culturas, aunque ha habido otros intentos anteriores. "Muchas de las historias ya se han perdido", nos dice.
En su libro, Schrott destaca la importancia que tiene una persona mirar al cielo y ver en él algo de lo propio o la propia cultura. El autor destaca que la gente ve figuras que le resultan familiares. Dado que la fauna varía según la región del planeta, quienes observaban el cielo nocturno conectaban las estrellas dibujando camellos, renos o tiburones.
El libro de Schrott contiene todas las historias de estas 17 culturas y refleja una gran cantidad de diversidad geográfica y cultural. El autor señala que su libro es el único en poner en común estas diversas cosmovisiones celestiales, aunque reconoce que se han perdido muchas otras historias por el tiempo.