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El virus H5N1 sigue causando estrés en el entorno silvestre español. Según Ursula Höfle Hansen, investigadora del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC), la situación de la gripe aviar no es buena y podría empeorar con la bajada de las temperaturas y la llegada de aves migratorias procedentes del centro y este de Europa.
El problema principal sigue siendo el contacto entre aves silvestres y domésticas, lo que puede provocar la transmisión del virus. La veterinaria ha señalado que la clave para contener la expansión del virus es la bioseguridad, tanto en explotaciones comerciales como en pequeños corrales particulares.
El virus se transmite principalmente por contacto directo a través de heces, secreciones respiratorias o plumas contaminadas. Sin embargo, no se propaga por el aire como la covid, sino que se transmite a través de contacto estrecho entre aves.
Las temperaturas bajas pueden retrasar el proceso migratorio y provocar una mayor cantidad de brotes de gripe aviar en Europa. Este año las grullas y otras especies han llegado más tarde debido a las altas temperaturas registradas durante el otoño, lo que ha retrasado el proceso migratorio.
La decisión del Gobierno de confinar temporalmente las aves domésticas es una medida correcta y necesaria. La bioseguridad debe ser extremada en todas las explotaciones comerciales y particulares para evitar la transmisión del virus.
En cuanto al riesgo para las personas, Höfle ha subrayado que es muy bajo, ya que el virus se inactiva al cocinar y los productos procedentes de granjas con sospecha no llegan al mercado. Sin embargo, solo las personas con exposición prolongada a aves infectadas en entornos cerrados, como los trabajadores de granjas o veterinarios, podrían correr cierto riesgo.
La experta también ha mencionado la aparición de casos en mamíferos carnívoros como gatos, zorros o bisones. El contagio se produce cuando consumen aves infectadas. "No hay evidencia de transmisión sostenida entre mamíferos", pero es un fenómeno que hay que vigilar.
En resumen, la prioridad debe ser evitar el contacto entre aves silvestres y domésticas, reforzar la vigilancia epidemiológica y mantener las medidas de bioseguridad. Si conseguimos limitar los contactos, reduciremos el riesgo para todos.
El problema principal sigue siendo el contacto entre aves silvestres y domésticas, lo que puede provocar la transmisión del virus. La veterinaria ha señalado que la clave para contener la expansión del virus es la bioseguridad, tanto en explotaciones comerciales como en pequeños corrales particulares.
El virus se transmite principalmente por contacto directo a través de heces, secreciones respiratorias o plumas contaminadas. Sin embargo, no se propaga por el aire como la covid, sino que se transmite a través de contacto estrecho entre aves.
Las temperaturas bajas pueden retrasar el proceso migratorio y provocar una mayor cantidad de brotes de gripe aviar en Europa. Este año las grullas y otras especies han llegado más tarde debido a las altas temperaturas registradas durante el otoño, lo que ha retrasado el proceso migratorio.
La decisión del Gobierno de confinar temporalmente las aves domésticas es una medida correcta y necesaria. La bioseguridad debe ser extremada en todas las explotaciones comerciales y particulares para evitar la transmisión del virus.
En cuanto al riesgo para las personas, Höfle ha subrayado que es muy bajo, ya que el virus se inactiva al cocinar y los productos procedentes de granjas con sospecha no llegan al mercado. Sin embargo, solo las personas con exposición prolongada a aves infectadas en entornos cerrados, como los trabajadores de granjas o veterinarios, podrían correr cierto riesgo.
La experta también ha mencionado la aparición de casos en mamíferos carnívoros como gatos, zorros o bisones. El contagio se produce cuando consumen aves infectadas. "No hay evidencia de transmisión sostenida entre mamíferos", pero es un fenómeno que hay que vigilar.
En resumen, la prioridad debe ser evitar el contacto entre aves silvestres y domésticas, reforzar la vigilancia epidemiológica y mantener las medidas de bioseguridad. Si conseguimos limitar los contactos, reduciremos el riesgo para todos.