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Un acto de concordia en medio del ruido político: ¿qué lecciones puede sacar nuestra región?
La última jornada ha sido testigo de un gran acto institucional en Castilla-La Mancha, que sorprendió a muchos por su ambiente de concordia. En el Congreso de los Diputados, durante la sesión en la que se aprobó la toma en consideración del proyecto de ley orgánica del nuevo Estatuto de Autonomía de la región, y en el Teatro Circo, con motivo del acto de celebración del 650 aniversario de la ciudad, imágenes de acuerdo y consenso dominaron los actos.
Las medallas de oro se entregaron a todos los alcaldes de la etapa democrática, un gesto que no puede faltar en estos momentos políticos tan acuciantes. Cada uno tiene su propia opinión sobre cómo merecen estas distinciones, pero lo importante es que todas ellas sean repartidas sin exclusiones ni juicios de valor.
En los actos institucionales, la concordia debe imponerse a la crítica, por legítima que esta sea. Un alcalde, un presidente del Gobierno o un presidente autonómico gobiernan para quienes lo votaron y también para quienes no lo hicieron. Por eso, en ocasiones, conviene recordar que los distingos sobran.
Aunque la concordia se impone en este acto, el panorama político sigue siendo incierto. Una encuesta reciente muestra cómo el PP ganaría con claridad, con un VOX en fuerte ascenso. Sin embargo, hay muchos ciudadanos que votarían a VOX: algunos que en otra ocasión votaron al PSOE y muchos que siempre han votado al PP.
Hoy, el problema de vivienda, los índices de pobreza, los salarios, la corrupción y la manipulación informativa son temas que requieren soluciones urgentes. La gente busca otras opciones para depositar su voto. Los dos partidos mayoritarios deberían entender por qué la gente busca estas alternativas.
En medio del ruido político, este acto de concordia nos recuerda que la comprensión es una calle de doble sentido. A los ciudadanos siempre aciertan. Y el periodista siempre debe reflexionar sobre lo que está escrito.
La última jornada ha sido testigo de un gran acto institucional en Castilla-La Mancha, que sorprendió a muchos por su ambiente de concordia. En el Congreso de los Diputados, durante la sesión en la que se aprobó la toma en consideración del proyecto de ley orgánica del nuevo Estatuto de Autonomía de la región, y en el Teatro Circo, con motivo del acto de celebración del 650 aniversario de la ciudad, imágenes de acuerdo y consenso dominaron los actos.
Las medallas de oro se entregaron a todos los alcaldes de la etapa democrática, un gesto que no puede faltar en estos momentos políticos tan acuciantes. Cada uno tiene su propia opinión sobre cómo merecen estas distinciones, pero lo importante es que todas ellas sean repartidas sin exclusiones ni juicios de valor.
En los actos institucionales, la concordia debe imponerse a la crítica, por legítima que esta sea. Un alcalde, un presidente del Gobierno o un presidente autonómico gobiernan para quienes lo votaron y también para quienes no lo hicieron. Por eso, en ocasiones, conviene recordar que los distingos sobran.
Aunque la concordia se impone en este acto, el panorama político sigue siendo incierto. Una encuesta reciente muestra cómo el PP ganaría con claridad, con un VOX en fuerte ascenso. Sin embargo, hay muchos ciudadanos que votarían a VOX: algunos que en otra ocasión votaron al PSOE y muchos que siempre han votado al PP.
Hoy, el problema de vivienda, los índices de pobreza, los salarios, la corrupción y la manipulación informativa son temas que requieren soluciones urgentes. La gente busca otras opciones para depositar su voto. Los dos partidos mayoritarios deberían entender por qué la gente busca estas alternativas.
En medio del ruido político, este acto de concordia nos recuerda que la comprensión es una calle de doble sentido. A los ciudadanos siempre aciertan. Y el periodista siempre debe reflexionar sobre lo que está escrito.