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"La prensa en crisis: ¿quién cobra el poder?".
Hace unos años, cuando Luz Sánchez-Mellado entrevistó a David Jiménez, director de El Mundo en ese momento, la situación del periodismo era ya bastante grave. "El periodismo está hoy más corrompido que la política", declaró Jiménez en aquella ocasión, y aunque algunos podían desacordarse con su punto de vista, no cabía duda de que el panorama era preocupante.
La crisis de los medios tradicionales, unida a la lucha por la supervivencia en un mercado cada vez más voraz, ha empujado a muchos grupos de comunicación a cambiar de estrategia y a arrimar el ascua al mejor postor. Esto ha llevado a una situación en la que los periodistas se ven obligados a elegir entre servir al poder o a contar la verdad.
En este contexto, hay ejemplos como el del corresponsal de ABC, David Alandete, quien fue duramente atacado por políticos, medios y colegas solo por preguntar sobre la posición de Trump respecto a España. Esto revela un mal mayor: preguntar se ha vuelto casi un acto de riesgo.
La dureza de las preguntas depende del partido al que se dirijan, lo que convierte el periodismo en una actividad peligrosa y poco segura. Los gabinetes de prensa se han convertido en refugio para los periodistas que no quieren correr riesgos, pero esto significa que muchos acaban sirviendo al poder que antes debían fiscalizar.
El caso más emblemático es el de la Junta de Andalucía, donde la crítica a la situación de los cribados de cáncer de mama se ha convertido en un tema del día. La manipulación informativa y la falta de objetividad son comunes en muchos medios de izquierda que critican al partido que no es el suyo.
La lección más importante es que la manipulación informativa suele ser inútil, y que los periodistas que se atreven a cuestionar el poder a menudo pagan un precio alto. El caso de la región donde se vivió un episodio que reflejaba con nitidez cómo se cruzan el periodismo y el poder, es un ejemplo claro de esto.
El equipo local decidió valorar la relevancia informativa y midir el contexto antes de pasar página. No por miedo, ni por conveniencia, sino por sentido profesional. El partido que debía ser "incomodado" sigue ganando elecciones con mayor apoyo cada vez, lo que sugiere que la manipulación informativa no es efectiva.
Ante el ultimátum de JUNTS y la decisión de Puigdemont, todos esperan hasta mañana lunes la respuesta. Dicen que no se descarta la moción de censura, pero esto no me gusta nada. El Gobierno debe tener una base más sólida para tomar decisiones importantes.
En resumen, la prensa en crisis es un tema que debe ser abordado con seriedad y profesionalismo. Los periodistas deben atreverse a preguntar, incluso si eso significa correr riesgos. La verdad debe ser contada sin miedo ni dueño.
				
			Hace unos años, cuando Luz Sánchez-Mellado entrevistó a David Jiménez, director de El Mundo en ese momento, la situación del periodismo era ya bastante grave. "El periodismo está hoy más corrompido que la política", declaró Jiménez en aquella ocasión, y aunque algunos podían desacordarse con su punto de vista, no cabía duda de que el panorama era preocupante.
La crisis de los medios tradicionales, unida a la lucha por la supervivencia en un mercado cada vez más voraz, ha empujado a muchos grupos de comunicación a cambiar de estrategia y a arrimar el ascua al mejor postor. Esto ha llevado a una situación en la que los periodistas se ven obligados a elegir entre servir al poder o a contar la verdad.
En este contexto, hay ejemplos como el del corresponsal de ABC, David Alandete, quien fue duramente atacado por políticos, medios y colegas solo por preguntar sobre la posición de Trump respecto a España. Esto revela un mal mayor: preguntar se ha vuelto casi un acto de riesgo.
La dureza de las preguntas depende del partido al que se dirijan, lo que convierte el periodismo en una actividad peligrosa y poco segura. Los gabinetes de prensa se han convertido en refugio para los periodistas que no quieren correr riesgos, pero esto significa que muchos acaban sirviendo al poder que antes debían fiscalizar.
El caso más emblemático es el de la Junta de Andalucía, donde la crítica a la situación de los cribados de cáncer de mama se ha convertido en un tema del día. La manipulación informativa y la falta de objetividad son comunes en muchos medios de izquierda que critican al partido que no es el suyo.
La lección más importante es que la manipulación informativa suele ser inútil, y que los periodistas que se atreven a cuestionar el poder a menudo pagan un precio alto. El caso de la región donde se vivió un episodio que reflejaba con nitidez cómo se cruzan el periodismo y el poder, es un ejemplo claro de esto.
El equipo local decidió valorar la relevancia informativa y midir el contexto antes de pasar página. No por miedo, ni por conveniencia, sino por sentido profesional. El partido que debía ser "incomodado" sigue ganando elecciones con mayor apoyo cada vez, lo que sugiere que la manipulación informativa no es efectiva.
Ante el ultimátum de JUNTS y la decisión de Puigdemont, todos esperan hasta mañana lunes la respuesta. Dicen que no se descarta la moción de censura, pero esto no me gusta nada. El Gobierno debe tener una base más sólida para tomar decisiones importantes.
En resumen, la prensa en crisis es un tema que debe ser abordado con seriedad y profesionalismo. Los periodistas deben atreverse a preguntar, incluso si eso significa correr riesgos. La verdad debe ser contada sin miedo ni dueño.
 
				 Me parece que la situación del periodismo en España es cada vez más complicada, y no solo por el desafío para mantenerse afluentes en un mercado cada vez más digitalizado. Es cierto que muchos periodistas están obligados a elegir entre servir al poder o contar la verdad.
 Me parece que la situación del periodismo en España es cada vez más complicada, y no solo por el desafío para mantenerse afluentes en un mercado cada vez más digitalizado. Es cierto que muchos periodistas están obligados a elegir entre servir al poder o contar la verdad.  Pero creo que también hay que considerar la falta de calidad y profundidad en mucha de la información que se presenta en los medios. A veces, parece que lo que nos interesa es más el chismorreo que la investigación seria.
 Pero creo que también hay que considerar la falta de calidad y profundidad en mucha de la información que se presenta en los medios. A veces, parece que lo que nos interesa es más el chismorreo que la investigación seria.  Lo que me preocupa es que esto se esté convirtiendo en una norma, y no solo en un problema para los periodistas.
 Lo que me preocupa es que esto se esté convirtiendo en una norma, y no solo en un problema para los periodistas. 
 . La gente que hace periodismo en España está muy maltratada, y no solo por el poder político, sino también por la propia industria
. La gente que hace periodismo en España está muy maltratada, y no solo por el poder político, sino también por la propia industria  . Es como si se estuviera obligando a los periodistas a elegir entre contar la verdad o mantenerse al margen del juego. Y eso es un gran problema. Además, la falta de objetividad en muchos medios me parece cada vez más alarmante
. Es como si se estuviera obligando a los periodistas a elegir entre contar la verdad o mantenerse al margen del juego. Y eso es un gran problema. Además, la falta de objetividad en muchos medios me parece cada vez más alarmante  .
. La crisis en la prensa es un problema grave, pero no es solo una cuestión de medios tradicionales que están muriendo, sino también de cómo el poder está manipulando a los medios para silenciar a aquellos que no quieren contar lo que les cuenta. La libertad de información es fundamental en una democracia y debe ser protegida por todos.
 La crisis en la prensa es un problema grave, pero no es solo una cuestión de medios tradicionales que están muriendo, sino también de cómo el poder está manipulando a los medios para silenciar a aquellos que no quieren contar lo que les cuenta. La libertad de información es fundamental en una democracia y debe ser protegida por todos.
 Esto es una locura la situación del medio que no cuestiona el poder. ¡Es como si estuvieran diciendo que no hay otra cosa que contar además de qué el gobierno hace bien!
 Esto es una locura la situación del medio que no cuestiona el poder. ¡Es como si estuvieran diciendo que no hay otra cosa que contar además de qué el gobierno hace bien! 
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. Esto me está matando, la situación del periodismo es un desastre total, cada vez más medios están cayendo como piñatas y los que quedan se ven obligados a servir al poder o callarse. El caso de ABC con David Alandete es un ejemplo perfecto de esto, preguntar ya no es una libertad sino un acto de riesgo. Y la Junta de Andalucía es otro ejemplo de cómo el poder está manipulando la información para mantener su posición. La verdad debe ser contada sin miedo ni dueño, pero parece que eso es algo del pasado. Me está preocupando cada vez más la forma en que los medios están desapareciendo y con ellos la libertad de información.
 Esto me está matando, la situación del periodismo es un desastre total, cada vez más medios están cayendo como piñatas y los que quedan se ven obligados a servir al poder o callarse. El caso de ABC con David Alandete es un ejemplo perfecto de esto, preguntar ya no es una libertad sino un acto de riesgo. Y la Junta de Andalucía es otro ejemplo de cómo el poder está manipulando la información para mantener su posición. La verdad debe ser contada sin miedo ni dueño, pero parece que eso es algo del pasado. Me está preocupando cada vez más la forma en que los medios están desapareciendo y con ellos la libertad de información.