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El expresidente brasileño Jair Bolsonaro ha sido detenido esta mañana por la Policía Federal de Brasil en un arresto preventivo de acuerdo a lo resuelto recientemente por el Supremo Tribunal Federal. El líder ultraderechista había estado siendo mantenido bajo arresto domiciliario estricto desde el mes pasado, pero la Corte Suprema ha ordenado su arresto para garantizar el orden público en el país.
Según los jueces, Bolsonaro había intentado fugarse durante una manifestación convocada frente a su casa por uno de sus hijos. Sin embargo, la policía logró detenerlo y llevarlo a dependencias policiales.
La condena contra Bolsonaro se refiere al intento de golpe de Estado que presidió tras perder las elecciones en 2022. El expresidente había sido condenado a 27 años y tres meses de prisión por el Supremo Tribunal Federal, quien concluyó que Bolsonaro había sido líder y principal beneficiario de un plan para impedir que Lula da Silva asumiera el cargo en 2023.
Esto es la primera vez en la historia del país que un expresidente se enfrenta a penas de prisión por haber atentado contra la democracia tras haber perdido las elecciones. El ultraderechista había permanecido bajo arresto domiciliario estricto por violar medidas cautelares, aunque su defensa había pedido que fuera liberado para cumplir su condena en régimen de prisión domiciliaria.
El diputado Alexandre Ramagem, gran aliado de Bolsonaro, también ha sido condenado en el mismo juicio del expresidente. La Corte Suprema ha ordenado su prisión preventiva por los delitos de organización criminal, golpe de Estado y abolición violenta del Estado Democrático de Derecho.
La detención de Bolsonaro es un hito importante en la lucha contra la democracia en Brasil. El expresidente había sido una figura clave en el intento de golpe de Estado que se produjo después de las elecciones en 2022, y su condena pone fin a cualquier duda sobre sus intenciones.
La justicia brasileña ha demostrado que está dispuesta a luchar contra la impunidad y proteger los derechos de los ciudadanos. La detención de Bolsonaro es un ejemplo de cómo se puede combatir el golpismo y garantizar la estabilidad política en un país.
Esperamos que esta condena sea el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de Brasil, en el que la justicia se imponga a los que han atentado contra la democracia.
Según los jueces, Bolsonaro había intentado fugarse durante una manifestación convocada frente a su casa por uno de sus hijos. Sin embargo, la policía logró detenerlo y llevarlo a dependencias policiales.
La condena contra Bolsonaro se refiere al intento de golpe de Estado que presidió tras perder las elecciones en 2022. El expresidente había sido condenado a 27 años y tres meses de prisión por el Supremo Tribunal Federal, quien concluyó que Bolsonaro había sido líder y principal beneficiario de un plan para impedir que Lula da Silva asumiera el cargo en 2023.
Esto es la primera vez en la historia del país que un expresidente se enfrenta a penas de prisión por haber atentado contra la democracia tras haber perdido las elecciones. El ultraderechista había permanecido bajo arresto domiciliario estricto por violar medidas cautelares, aunque su defensa había pedido que fuera liberado para cumplir su condena en régimen de prisión domiciliaria.
El diputado Alexandre Ramagem, gran aliado de Bolsonaro, también ha sido condenado en el mismo juicio del expresidente. La Corte Suprema ha ordenado su prisión preventiva por los delitos de organización criminal, golpe de Estado y abolición violenta del Estado Democrático de Derecho.
La detención de Bolsonaro es un hito importante en la lucha contra la democracia en Brasil. El expresidente había sido una figura clave en el intento de golpe de Estado que se produjo después de las elecciones en 2022, y su condena pone fin a cualquier duda sobre sus intenciones.
La justicia brasileña ha demostrado que está dispuesta a luchar contra la impunidad y proteger los derechos de los ciudadanos. La detención de Bolsonaro es un ejemplo de cómo se puede combatir el golpismo y garantizar la estabilidad política en un país.
Esperamos que esta condena sea el comienzo de un nuevo capítulo en la historia de Brasil, en el que la justicia se imponga a los que han atentado contra la democracia.