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La inteligencia artificial (IA) plantea una paradoja en el ámbito de la ciberseguridad: por un lado, es una amenaza potencial para las empresas, mientras que por otro lado, ofrece oportunidades para mejorar su defensa.
En este sentido, la IA se está convirtiendo en una herramienta fundamental para los criminales informáticos. La generación de IA permite a los hackers crear ataques más sofisticados y efectivos, como el uso de ransomware, que antes requería años de formación y habilidades técnicas avanzadas. Además, la IA también está siendo utilizada por grupos cibercriminales patrocinados por gobiernos, como Corea del Norte, para infiltrarse en organizaciones y secuestrar información confidencial.
Sin embargo, la IA también puede ser un aliado para las empresas en su lucha contra la ciberseguridad. La capacidad de la IA para analizar grandes conjuntos de datos y encontrar patrones puede mejorar la detección en tiempo real de anomalías en registros, tráfico o otros datos sospechosos de ser ciberataques. Esto permite a los equipos de ciberseguridad anticiparse a los riesgos con mayor precisión que los humanos, lo que es vital para mitigar su posible impacto en las empresas.
Además, la IA se está utilizando cada vez más en los llamados "red team" o equipo rojo, las unidades de expertos dedicadas a poner a prueba la eficacia de los sistemas de ciberseguridad de una organización mediante la simulación de ataques de ingeniería social. Recrear un escenario de ciberataque permite a estos profesionales detectar posibles brechas o puntos débiles antes de que sean explotadas por los criminales y se conviertan en un problema real.
En definitiva, la IA puede reforzar la estrategia defensiva de las compañías y disparar el negocio del sector hasta unos 134.000 millones de dólares para 2030. Mantenerse al día con las capacidades de la IA de vanguardia será crucial para la ciberresiliencia en la próxima década, según predice el Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido.
En este sentido, es fundamental que las empresas inviertan en tecnología y formación para aprovechar al máximo las oportunidades ofrecidas por la IA. La paradoja de ciberseguridad de la IA puede ser resuelta mediante un enfoque holístico que combine la tecnología con la formación y el conocimiento humano.
En este sentido, la IA se está convirtiendo en una herramienta fundamental para los criminales informáticos. La generación de IA permite a los hackers crear ataques más sofisticados y efectivos, como el uso de ransomware, que antes requería años de formación y habilidades técnicas avanzadas. Además, la IA también está siendo utilizada por grupos cibercriminales patrocinados por gobiernos, como Corea del Norte, para infiltrarse en organizaciones y secuestrar información confidencial.
Sin embargo, la IA también puede ser un aliado para las empresas en su lucha contra la ciberseguridad. La capacidad de la IA para analizar grandes conjuntos de datos y encontrar patrones puede mejorar la detección en tiempo real de anomalías en registros, tráfico o otros datos sospechosos de ser ciberataques. Esto permite a los equipos de ciberseguridad anticiparse a los riesgos con mayor precisión que los humanos, lo que es vital para mitigar su posible impacto en las empresas.
Además, la IA se está utilizando cada vez más en los llamados "red team" o equipo rojo, las unidades de expertos dedicadas a poner a prueba la eficacia de los sistemas de ciberseguridad de una organización mediante la simulación de ataques de ingeniería social. Recrear un escenario de ciberataque permite a estos profesionales detectar posibles brechas o puntos débiles antes de que sean explotadas por los criminales y se conviertan en un problema real.
En definitiva, la IA puede reforzar la estrategia defensiva de las compañías y disparar el negocio del sector hasta unos 134.000 millones de dólares para 2030. Mantenerse al día con las capacidades de la IA de vanguardia será crucial para la ciberresiliencia en la próxima década, según predice el Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido.
En este sentido, es fundamental que las empresas inviertan en tecnología y formación para aprovechar al máximo las oportunidades ofrecidas por la IA. La paradoja de ciberseguridad de la IA puede ser resuelta mediante un enfoque holístico que combine la tecnología con la formación y el conocimiento humano.