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La elección del próximo bocadillo puede determinar la supervivencia de miles de especies en peligro de extinción. Un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge ha desarrollado una herramienta digital que analiza cómo nuestras opciones alimenticias influyen en la biodiversidad global. Según el estudio, la industria alimentaria tiene un impacto devastador en la supervivencia de más de 30.000 especies de vertebrados.
La investigación se basa en la métrica LIFE (Impactos de los cambios de cobertura del suelo sobre las extinciones futuras), que mide cómo los cambios en el uso del suelo afectan el riesgo de extinción de hasta 30.875 especies terrestres. Los científicos han podido calcular con precisión el impacto por kilogramos de alimento de cada producto agrícola o ganadero.
Según los resultados, la carne de vacuno y de cordero tiene un impacto negativo significativo en la biodiversidad global. La producción de estos alimentos requiere una enorme cantidad de tierra, lo que desplaza gran parte del hábitat natural. Los expertos advierten que esta estimación es "conservadora" ya que no considera el aumento de la población ni otros factores ambientales que aceleran la pérdida de hábitats naturales.
Por otro lado, los productos vegetales como las legumbres tienen un impacto mucho menos perjudicial en los ecosistemas. Los expertos destacan que estas opciones generan un efecto "más sostenible" y requieren menos recursos y espacio.
El profesor Thomas Ball, autor principal del estudio, destaca que la creación de ganado para producir un kilo de carne requiere una gran cantidad de tierra, lo que desplaza parte del hábitat natural. Aunque las iniciativas locales pueden premiar el uso de suelo en la naturaleza, si eso lleva a depender de importaciones de otras regiones con mayor biodiversidad, el daño global se hace mayor.
Países como Reino Unido ya han incorporado el indicador LIFE a sus sistemas para medir los efectos ambientales de sus políticas comerciales y agrícolas.
La investigación se basa en la métrica LIFE (Impactos de los cambios de cobertura del suelo sobre las extinciones futuras), que mide cómo los cambios en el uso del suelo afectan el riesgo de extinción de hasta 30.875 especies terrestres. Los científicos han podido calcular con precisión el impacto por kilogramos de alimento de cada producto agrícola o ganadero.
Según los resultados, la carne de vacuno y de cordero tiene un impacto negativo significativo en la biodiversidad global. La producción de estos alimentos requiere una enorme cantidad de tierra, lo que desplaza gran parte del hábitat natural. Los expertos advierten que esta estimación es "conservadora" ya que no considera el aumento de la población ni otros factores ambientales que aceleran la pérdida de hábitats naturales.
Por otro lado, los productos vegetales como las legumbres tienen un impacto mucho menos perjudicial en los ecosistemas. Los expertos destacan que estas opciones generan un efecto "más sostenible" y requieren menos recursos y espacio.
El profesor Thomas Ball, autor principal del estudio, destaca que la creación de ganado para producir un kilo de carne requiere una gran cantidad de tierra, lo que desplaza parte del hábitat natural. Aunque las iniciativas locales pueden premiar el uso de suelo en la naturaleza, si eso lleva a depender de importaciones de otras regiones con mayor biodiversidad, el daño global se hace mayor.
Países como Reino Unido ya han incorporado el indicador LIFE a sus sistemas para medir los efectos ambientales de sus políticas comerciales y agrícolas.