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La fe resurge en la generación Z, pero no es por rosas. En realidad, la religión ha encontrado un nuevo terreno fértil en tiempos de vacilación y duda. La sociedad está atravesando una crisis de identidad, y muchos jóvenes se están volviendo hacia lo espiritual para encontrar respuestas a las preguntas existenciales.
No es que los jóvenes hayan abandonado sus creencias o estén buscando un nuevo ídolo, sino que están intentando reconstruir su sentido de la realidad en un mundo cada vez más complejo y incierto. La fe se está convirtiendo en una forma de resistencia a la vacilación y a la duda, una forma de encontrar certeza en un mundo donde las certezas tradicionales ya no son relevantes.
El catolicismo, en particular, parece estar experimentando un resurgimiento entre los jóvenes. Aunque muchos de ellos siguen siendo agnosticos o ateos, otros están empezando a explorar sus creencias y a encontrar una conexión con la fe. El grupo Hakuna, que congrega a 25.000 personas en conciertos católicos, es un ejemplo de esto.
Pero ¿qué está detrás de este resurgimiento? Según el profesor Rafael Ruiz, puede ser que los jóvenes estén buscando una forma de escapar del "ruido" de la sociedad y encontrar algo más profundo. La religión puede ser una forma de conexión con algo más allá de uno mismo, algo que le dé sentido a la vida.
Sin embargo, también hay un lado más complejo al asunto. Algunos sociólogos han sugerido que el resurgimiento del catolicismo entre los jóvenes puede ser síntoma de una reacción contracultural, una forma de actitud rebelde ante las ideas y valores dominantes en la sociedad.
En este sentido, la religión se está convirtiendo en una forma de identidad para algunos jóvenes, una forma de demostrar su individualidad y su diferencia. Pero ¿está esto bien? El profesor Tomás J. Marín cree que no, que abrazar la espiritualidad como forma identitaria puede ser un error, ya que se pueve la religión y estos jóvenes acaban siendo "más anti-woke que cristianos".
En cualquier caso, la realidad es que la manera en la que los jóvenes se relacionan con la fe está cambiando. En Francia, el número de bautizos ha aumentado un 45% en un año, y en el Reino Unido, el catolicismo está ganando terreno al anglicanismo. Y en el corazón de la ciudad, donde se encuentra Rosalía, la cantante que saca un disco revolucionario pero que siempre ha estado ahí "para quien quisiera ver".
No es que los jóvenes hayan abandonado sus creencias o estén buscando un nuevo ídolo, sino que están intentando reconstruir su sentido de la realidad en un mundo cada vez más complejo y incierto. La fe se está convirtiendo en una forma de resistencia a la vacilación y a la duda, una forma de encontrar certeza en un mundo donde las certezas tradicionales ya no son relevantes.
El catolicismo, en particular, parece estar experimentando un resurgimiento entre los jóvenes. Aunque muchos de ellos siguen siendo agnosticos o ateos, otros están empezando a explorar sus creencias y a encontrar una conexión con la fe. El grupo Hakuna, que congrega a 25.000 personas en conciertos católicos, es un ejemplo de esto.
Pero ¿qué está detrás de este resurgimiento? Según el profesor Rafael Ruiz, puede ser que los jóvenes estén buscando una forma de escapar del "ruido" de la sociedad y encontrar algo más profundo. La religión puede ser una forma de conexión con algo más allá de uno mismo, algo que le dé sentido a la vida.
Sin embargo, también hay un lado más complejo al asunto. Algunos sociólogos han sugerido que el resurgimiento del catolicismo entre los jóvenes puede ser síntoma de una reacción contracultural, una forma de actitud rebelde ante las ideas y valores dominantes en la sociedad.
En este sentido, la religión se está convirtiendo en una forma de identidad para algunos jóvenes, una forma de demostrar su individualidad y su diferencia. Pero ¿está esto bien? El profesor Tomás J. Marín cree que no, que abrazar la espiritualidad como forma identitaria puede ser un error, ya que se pueve la religión y estos jóvenes acaban siendo "más anti-woke que cristianos".
En cualquier caso, la realidad es que la manera en la que los jóvenes se relacionan con la fe está cambiando. En Francia, el número de bautizos ha aumentado un 45% en un año, y en el Reino Unido, el catolicismo está ganando terreno al anglicanismo. Y en el corazón de la ciudad, donde se encuentra Rosalía, la cantante que saca un disco revolucionario pero que siempre ha estado ahí "para quien quisiera ver".