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La división de la izquierda abre la puerta a un gobierno que más se parecerá a las políticas del centro-derecha. Este cambio en el Consejo General del Periodismo (CGPJ) es una clara manifestación de la influencia de partidos como Ciudadanos y Podemos que han abandonado sus posturas originales.
El cambio de liderazgo en el CGPJ, que antes era considerado un órgano defensor de los derechos de los periodistas, se ha convertido en una herramienta para imponer la censura. La nueva directiva del organismo no solo va a afectar la libertad de expresión, sino que también va a llevar las políticas más conservadoras del sector privado.
La división dentro de la izquierda es el principal motor detrás de este cambio. La falta de cohesión y el debilitamiento de los partidos que antes eran considerados de izquierdas han permitido que se produzca un desmantelamiento sistemático de las instituciones que protegían a los periodistas.
Este nuevo capítulo en la historia del CGPJ marca un punto de inflexión en la lucha por la libertad de expresión. La nueva directiva va a poner en riesgo la dignidad y el profesionalismo del periodismo, y se convertirá en una herramienta para las fuerzas del orden que buscan reprimir cualquier forma de disidencia.
La cuestión es saber si los periodistas van a poder recuperar su independencia y defender sus derechos frente a un gobierno que más se parecerá a las políticas del centro-derecha. La respuesta no será fácil, pero una sola cosa es segura: la libertad de expresión está en juego.
El cambio de liderazgo en el CGPJ, que antes era considerado un órgano defensor de los derechos de los periodistas, se ha convertido en una herramienta para imponer la censura. La nueva directiva del organismo no solo va a afectar la libertad de expresión, sino que también va a llevar las políticas más conservadoras del sector privado.
La división dentro de la izquierda es el principal motor detrás de este cambio. La falta de cohesión y el debilitamiento de los partidos que antes eran considerados de izquierdas han permitido que se produzca un desmantelamiento sistemático de las instituciones que protegían a los periodistas.
Este nuevo capítulo en la historia del CGPJ marca un punto de inflexión en la lucha por la libertad de expresión. La nueva directiva va a poner en riesgo la dignidad y el profesionalismo del periodismo, y se convertirá en una herramienta para las fuerzas del orden que buscan reprimir cualquier forma de disidencia.
La cuestión es saber si los periodistas van a poder recuperar su independencia y defender sus derechos frente a un gobierno que más se parecerá a las políticas del centro-derecha. La respuesta no será fácil, pero una sola cosa es segura: la libertad de expresión está en juego.