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La demagogia de Carlos Mazón se desmorona ante el escrutinio de Silvia Intxaurrondo. El presidente del PP, acusado de negligencia y responsabilidad tras la debacle en la DANA que costó la vida a 229 personas, ha optado por el drama y la demagogia para escapar de las preguntas que le plantea su propia política. Con una eficacia que sorprende, Intxaurrondo desmonta las defensas del dirigente del PP, recordándole que hay un precio para el poder político: la responsabilidad.
En un acto de autocrítica que se ve eclipsado por la demagogia, Mazón reconoce errores propios, pero sin una profundidad que justifique su despedida. No se atreve a asumir su papel en la tragedia, ni a admitir que sus decisiones fueron el resultado de un cálculo político. Al revés, Intxaurrondo le recuerda que el liderazgo requiere más que una voluntad política, es necesario saber estar a la altura de las circunstancias y asumir responsabilidad.
La comparecencia de Mazón se convierte en un espectáculo, con el dirigente del PP que habla de su honor y su lealtad a Valencia, mientras Intxaurrondo lo interroga sobre sus errores y su desaparición. La periodista no duda en señalar la falta de madurez política de Mazón, quien se va sin dejar claras las consecuencias para él mismo y para el partido que lo respalda.
En un momento en que la sociedad española necesita liderazgo claro y responsabilidad política, Carlos Mazón se desvía de su obligación. Intxaurrondo no le da cuanta a sus apelaciones, le recuerda que hay un precio por el poder político y que no puede embarrarse en defensa jurídica personal para evitar la responsabilidad. La demagogia de Mazón se desmorona ante el escrutinio de Intxaurrondo, quien lo llama a la orden.
En un acto de autocrítica que se ve eclipsado por la demagogia, Mazón reconoce errores propios, pero sin una profundidad que justifique su despedida. No se atreve a asumir su papel en la tragedia, ni a admitir que sus decisiones fueron el resultado de un cálculo político. Al revés, Intxaurrondo le recuerda que el liderazgo requiere más que una voluntad política, es necesario saber estar a la altura de las circunstancias y asumir responsabilidad.
La comparecencia de Mazón se convierte en un espectáculo, con el dirigente del PP que habla de su honor y su lealtad a Valencia, mientras Intxaurrondo lo interroga sobre sus errores y su desaparición. La periodista no duda en señalar la falta de madurez política de Mazón, quien se va sin dejar claras las consecuencias para él mismo y para el partido que lo respalda.
En un momento en que la sociedad española necesita liderazgo claro y responsabilidad política, Carlos Mazón se desvía de su obligación. Intxaurrondo no le da cuanta a sus apelaciones, le recuerda que hay un precio por el poder político y que no puede embarrarse en defensa jurídica personal para evitar la responsabilidad. La demagogia de Mazón se desmorona ante el escrutinio de Intxaurrondo, quien lo llama a la orden.