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En medio de una profunda crisis global, se ha producido un fenómeno sorprendente: la contrarrevolución antifeminista. A pesar de las décadas de avances en la igualdad de género y los derechos de las mujeres, se está produciendo un retroceso en muchos países del mundo.
El presidente francés Emmanuel Macron ha advertido sobre el ascenso global de un nuevo autoritarismo y nacionalismo, que busca cuestionar absolutamente las conquistas de las últimas décadas. El propio Macron ha dicho: "Un mal viento vuelve a soplar en muchas de nuestras sociedades. Hay fuerzas reaccionarias, patriarcales, que intentan retomar el poder bajo una forma que podríamos llamar una internacional del conservadurismo, y que quieren cuestionar absolutamente décadas de conquistas".
La filósofa Simone de Beauvoir ha sido citada por Macron como recordando que "basta con una crisis política, económica o religiosa para que se cuestionen los derechos de las mujeres". Esta advertencia se ha convertido en un llamado a la acción para proteger los derechos fundamentales de las mujeres.
Pero ¿qué está sucediendo en realidad? Según Saskia Brechenmacher, investigadora del laboratorio de ideas Carnegie Endowement for International Peace, "el patrón es similar. Se trata de cuestionar las ideas liberales sobre los derechos de las mujeres y promover una visión más tradicionalista de la sociedad respecto al género". Brechenmacher ha documentado cómo se están adoptando leyes y medidas que recortan la igualdad y la diversidad en muchos países, incluyendo aquellos donde la igualdad nunca avanzó tanto.
La experta Cristina Gallach, exsecretaria general adjunta de la ONU y exsecretaria de Estado de Asuntos Exteriores en España, ha señalado que "hay un empuje contra la diversidad, en general. Y esto viene claramente impulsado desde el sector trumpista en Estados Unidos, capitaneado por Stephen Miller". Gallach ha explicado cómo este movimiento está conectado con el nacionalismo y la religión, y cómo se está utilizando el lenguaje para controlar las ideas y las políticas.
La contrarrevolución antifeminista también está relacionada con el ascenso de los partidos nacionalpopistas en Europa. En Italia, gobierna una primera ministra heredera del fascismo, Giorgia Meloni, mientras que en Francia, el partido Le Pen lidera la oposición.
La preocupación es que este movimiento antifeminista pueda llevar a un retroceso en los derechos de las mujeres y la igualdad. La abogada Miriam González Durántez, fundadora de la iniciativa internacional Inspiring Girls, ha señalado que "hay empresas que no se atreven a apoyar nada que se pueda catalogar como apoyo a la diversidad". También ha destacado cómo este movimiento está relacionado con las batallas en torno al llamado wokismo.
A pesar de todo esto, Saskia Brechenmacher sostiene que "las mujeres, por todo el mundo, están trabajando en una proporción mucho más alta que en el pasado, están yendo más a la universidad". Sin embargo, subraya que "algunas cuestiones relacionadas con la igualdad de género casi se habían despolitizado. Ya no".
En conclusión, la contrarrevolución antifeminista es un fenómeno global que está produciéndose en muchos países. Es importante recordar que los derechos fundamentales de las mujeres y la igualdad son innegables y deben ser protegidos a toda costa.
El presidente francés Emmanuel Macron ha advertido sobre el ascenso global de un nuevo autoritarismo y nacionalismo, que busca cuestionar absolutamente las conquistas de las últimas décadas. El propio Macron ha dicho: "Un mal viento vuelve a soplar en muchas de nuestras sociedades. Hay fuerzas reaccionarias, patriarcales, que intentan retomar el poder bajo una forma que podríamos llamar una internacional del conservadurismo, y que quieren cuestionar absolutamente décadas de conquistas".
La filósofa Simone de Beauvoir ha sido citada por Macron como recordando que "basta con una crisis política, económica o religiosa para que se cuestionen los derechos de las mujeres". Esta advertencia se ha convertido en un llamado a la acción para proteger los derechos fundamentales de las mujeres.
Pero ¿qué está sucediendo en realidad? Según Saskia Brechenmacher, investigadora del laboratorio de ideas Carnegie Endowement for International Peace, "el patrón es similar. Se trata de cuestionar las ideas liberales sobre los derechos de las mujeres y promover una visión más tradicionalista de la sociedad respecto al género". Brechenmacher ha documentado cómo se están adoptando leyes y medidas que recortan la igualdad y la diversidad en muchos países, incluyendo aquellos donde la igualdad nunca avanzó tanto.
La experta Cristina Gallach, exsecretaria general adjunta de la ONU y exsecretaria de Estado de Asuntos Exteriores en España, ha señalado que "hay un empuje contra la diversidad, en general. Y esto viene claramente impulsado desde el sector trumpista en Estados Unidos, capitaneado por Stephen Miller". Gallach ha explicado cómo este movimiento está conectado con el nacionalismo y la religión, y cómo se está utilizando el lenguaje para controlar las ideas y las políticas.
La contrarrevolución antifeminista también está relacionada con el ascenso de los partidos nacionalpopistas en Europa. En Italia, gobierna una primera ministra heredera del fascismo, Giorgia Meloni, mientras que en Francia, el partido Le Pen lidera la oposición.
La preocupación es que este movimiento antifeminista pueda llevar a un retroceso en los derechos de las mujeres y la igualdad. La abogada Miriam González Durántez, fundadora de la iniciativa internacional Inspiring Girls, ha señalado que "hay empresas que no se atreven a apoyar nada que se pueda catalogar como apoyo a la diversidad". También ha destacado cómo este movimiento está relacionado con las batallas en torno al llamado wokismo.
A pesar de todo esto, Saskia Brechenmacher sostiene que "las mujeres, por todo el mundo, están trabajando en una proporción mucho más alta que en el pasado, están yendo más a la universidad". Sin embargo, subraya que "algunas cuestiones relacionadas con la igualdad de género casi se habían despolitizado. Ya no".
En conclusión, la contrarrevolución antifeminista es un fenómeno global que está produciéndose en muchos países. Es importante recordar que los derechos fundamentales de las mujeres y la igualdad son innegables y deben ser protegidos a toda costa.