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La carta de Mireia Carrillo, una joven oviguense de 33 años que lucha por encontrar un hogar digno a precio razonable, refleja la desesperanza de muchos jóvenes españoles ante la crisis de la vivienda. Según la última encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 40% de las personas españolas se encuentra con problemas para acceder a una vivienda adecuada.
Mireia, quien ha trabajado media jornada durante años y vive gracias a ahorros, ha expresado su frustración ante la constante inflación de los precios de la vivienda y del alquiler. "A veces siento que la vida me estrecha", ha contado en su carta al director de El País, donde denuncia la actitud de algunos propietarios que priorizan a familias sin hijos por encima de aquellas con menores.
La joven se siente cada vez más "acorralada" ante la imposibilidad de acceder a una vivienda digna. "No puedo comprar, el alquiler me sobrepasa", ha reconocido, y teme que incluso el deseo de ser madre se convierta en un lujo inalcanzable. La sensación de desesperanza es palpable: "Soy solo tristeza, miedo y desesperanza".
Mireia Carrillo observa impotente cómo las oportunidades de una vida digna se alejan, una tras otra, dejándola atrapada entre el miedo y la resignación sin poder respirar tranquila. Su carta es un llamado a la atención sobre la necesidad de abordar esta crisis de manera efectiva, para evitar que jóvenes como ella se sientan cada vez más marginadas y desesperanzadas.
En un país donde muchos jóvenes trabajan con dificultad y luchan por acceder a un hogar digno, Mireia Carrillo es una voz valiente que denuncia la injusticia y solicita atención. Su carta es un recordatorio de que, detrás de cada cifra y estadística, hay historias humanas que merecen ser escuchadas y respetadas.
Mireia, quien ha trabajado media jornada durante años y vive gracias a ahorros, ha expresado su frustración ante la constante inflación de los precios de la vivienda y del alquiler. "A veces siento que la vida me estrecha", ha contado en su carta al director de El País, donde denuncia la actitud de algunos propietarios que priorizan a familias sin hijos por encima de aquellas con menores.
La joven se siente cada vez más "acorralada" ante la imposibilidad de acceder a una vivienda digna. "No puedo comprar, el alquiler me sobrepasa", ha reconocido, y teme que incluso el deseo de ser madre se convierta en un lujo inalcanzable. La sensación de desesperanza es palpable: "Soy solo tristeza, miedo y desesperanza".
Mireia Carrillo observa impotente cómo las oportunidades de una vida digna se alejan, una tras otra, dejándola atrapada entre el miedo y la resignación sin poder respirar tranquila. Su carta es un llamado a la atención sobre la necesidad de abordar esta crisis de manera efectiva, para evitar que jóvenes como ella se sientan cada vez más marginadas y desesperanzadas.
En un país donde muchos jóvenes trabajan con dificultad y luchan por acceder a un hogar digno, Mireia Carrillo es una voz valiente que denuncia la injusticia y solicita atención. Su carta es un recordatorio de que, detrás de cada cifra y estadística, hay historias humanas que merecen ser escuchadas y respetadas.