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La Audiencia Nacional ha absuelto a Yassine Kanjaa, el supuesto yihadista acusado de asesinar al sacristán Diego Valencia en Algeciras, aunque ordena su internamiento en un centro psiquiátrico penitenciario debido a la eximente completa de alteración psiquiátrica en el momento de los hechos.
La fiscalía había solicitado una condena de 50 años de cárcel por un delito de asesinato terrorista, 15 años por otro delito de asesinato terrorista en grado de tentativa y 10 años por un delito de lesiones terroristas. Sin embargo, la Audiencia Nacional ha considerado que Kanjaa no tenía intención terrorista en el momento de los hechos, sino una descompensación psicótica aguda que afectó su capacidad para tomar decisiones.
Durante el juicio, se revelaron detalles sobre cómo Kanjaa había experimentado un proceso de radicalización en los meses anteriores a la agresión, asumiendo las tesis más rigoristas del islam y definiendo la incompatibilidad de esta religión con otras. También se descubrió que presentaba un cuadro psicótico que le provocaba delirios y posiblemente una filiación esquizofrénica.
En el momento de los hechos, Kanjaa había irrumpido en la iglesia de San Isidro en Algeciras espetando "¿por qué crees en una escayola?" a la par que señalaba una estatua de la Virgen, y luego salió de la iglesia gritando "el mundo se va a acabar" y "Allah". Minutos después, volvió a entrar en la iglesia machete en mano interrumpiendo la misa que se estaba llevando a cabo y persiguió al sacerdote que oficiaba.
Finalmente, Kanjaa llegó al patio del templo donde se encontraba el sacristán Diego Valencia, quien sufrió las lesiones mortales que lo llevaron al fallecimiento. El fiscal destacó que Kanjaa había "experimentado un proceso de radicalización" y que su enfermedad psiquiátrica le causaba "delirios y una importante descompensación".
La fiscalía había solicitado una condena de 50 años de cárcel por un delito de asesinato terrorista, 15 años por otro delito de asesinato terrorista en grado de tentativa y 10 años por un delito de lesiones terroristas. Sin embargo, la Audiencia Nacional ha considerado que Kanjaa no tenía intención terrorista en el momento de los hechos, sino una descompensación psicótica aguda que afectó su capacidad para tomar decisiones.
Durante el juicio, se revelaron detalles sobre cómo Kanjaa había experimentado un proceso de radicalización en los meses anteriores a la agresión, asumiendo las tesis más rigoristas del islam y definiendo la incompatibilidad de esta religión con otras. También se descubrió que presentaba un cuadro psicótico que le provocaba delirios y posiblemente una filiación esquizofrénica.
En el momento de los hechos, Kanjaa había irrumpido en la iglesia de San Isidro en Algeciras espetando "¿por qué crees en una escayola?" a la par que señalaba una estatua de la Virgen, y luego salió de la iglesia gritando "el mundo se va a acabar" y "Allah". Minutos después, volvió a entrar en la iglesia machete en mano interrumpiendo la misa que se estaba llevando a cabo y persiguió al sacerdote que oficiaba.
Finalmente, Kanjaa llegó al patio del templo donde se encontraba el sacristán Diego Valencia, quien sufrió las lesiones mortales que lo llevaron al fallecimiento. El fiscal destacó que Kanjaa había "experimentado un proceso de radicalización" y que su enfermedad psiquiátrica le causaba "delirios y una importante descompensación".