CharlaContinental
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La universidad más grande de España se está desmoronando. La Complutense, una institución que tiene la misión de impulsar la investigación y la formación docente en el ámbito académico, está en las últimas del frente económico. Una asfixia financiera sin precedentes se ha instalado en la Universidad Complutense de Madrid, consecuencia de una crisis presupuestaria que afecta a la comunidad autónoma de Madrid.
El problema es complejo y profundo. La Comunidad de Madrid no ha aumentado las transferencias corrientes regionales desde 2007, cuando pasó de 1.500 millones a 6.000 millones, mientras que la inflación sube un 44%. La consecuencia es que las ayudas educativas para los estudiantes y los becas para los doctorandos no se están tramitando con normalidad, lo que afecta negativamente su vida académica.
Por otro lado, los contratos Ramón y Cajal, que son una de las puertas de entrada a la investigación en España, están siendo truncados. El Ministerio de Ciencia ha aumentado el número de becas, pero esto no se traduce en más fondos para la universidad. La Universidad Complutense, que es la quinta en rankings como Shanghái y QS, no está aprovechando esta financiación para contratar profesores de alto impacto internacional.
La situación es peor en los departamentos de Ciencias Sociales y Óptica, donde se están discutiendo las renuncias técnicas a programas informáticos debido a la falta de fondos. El rector de la universidad, Joaquín Goyache, asegura que no hay problema con el pago de estos contratos, pero parece estar en una contradicción.
El caso más claro es el de los 76 "doctorales emergentes" que habían presentado un programa de investigación y habían ganado hasta que denunciaron públicamente su situación. El rector de la universidad asegura que ya había disponibilizado el dinero, pero en realidad fue nueve meses después del inicio del programa.
La situación es tan grave que muchos jóvenes científicos se están desanimando para seguir con sus investigaciones. "Nuestra sorpresa ha sido que al realizar la matrícula este curso nos obligan a pagar sí o sí", dice una doctoranda. "Solo en vivir en Madrid se me van unos 1.000 euros".
La Universidad Complutense también está renunciando a convocar muchos contratos Ramón y Cajal, lo que afecta negativamente a la trayectoria científica de los investigadores. La asociación Dignidad Investigadora Madrid denuncia que el número de estos contratos ha pasado de 21 en 2021 a seis en 2024.
A pesar de todo, la universidad sigue siendo una institución prestigiosa y es capaz de graduar estudiantes en programas como Bachelor in Arts in European Studies. La movilidad de alumnos y empleados con las universidades europeas sigue siendo una red sólida para la institución.
El problema es complejo y profundo. La Comunidad de Madrid no ha aumentado las transferencias corrientes regionales desde 2007, cuando pasó de 1.500 millones a 6.000 millones, mientras que la inflación sube un 44%. La consecuencia es que las ayudas educativas para los estudiantes y los becas para los doctorandos no se están tramitando con normalidad, lo que afecta negativamente su vida académica.
Por otro lado, los contratos Ramón y Cajal, que son una de las puertas de entrada a la investigación en España, están siendo truncados. El Ministerio de Ciencia ha aumentado el número de becas, pero esto no se traduce en más fondos para la universidad. La Universidad Complutense, que es la quinta en rankings como Shanghái y QS, no está aprovechando esta financiación para contratar profesores de alto impacto internacional.
La situación es peor en los departamentos de Ciencias Sociales y Óptica, donde se están discutiendo las renuncias técnicas a programas informáticos debido a la falta de fondos. El rector de la universidad, Joaquín Goyache, asegura que no hay problema con el pago de estos contratos, pero parece estar en una contradicción.
El caso más claro es el de los 76 "doctorales emergentes" que habían presentado un programa de investigación y habían ganado hasta que denunciaron públicamente su situación. El rector de la universidad asegura que ya había disponibilizado el dinero, pero en realidad fue nueve meses después del inicio del programa.
La situación es tan grave que muchos jóvenes científicos se están desanimando para seguir con sus investigaciones. "Nuestra sorpresa ha sido que al realizar la matrícula este curso nos obligan a pagar sí o sí", dice una doctoranda. "Solo en vivir en Madrid se me van unos 1.000 euros".
La Universidad Complutense también está renunciando a convocar muchos contratos Ramón y Cajal, lo que afecta negativamente a la trayectoria científica de los investigadores. La asociación Dignidad Investigadora Madrid denuncia que el número de estos contratos ha pasado de 21 en 2021 a seis en 2024.
A pesar de todo, la universidad sigue siendo una institución prestigiosa y es capaz de graduar estudiantes en programas como Bachelor in Arts in European Studies. La movilidad de alumnos y empleados con las universidades europeas sigue siendo una red sólida para la institución.