TertuliaDelSurX
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Katy Hernández, la subcampeona del mundo de baloncesto 3x3 con discapacidad intelectual, es una historia inspiradora de determinación y perseverancia. Para ella, cada día es un nuevo desafío para seguir mejorando y hacer lo mejor posible en el deporte.
Para Katy, el baloncesto no es solo ganar o competir, sino disfrutar del proceso y pasarlo bien con su equipo. "El baloncesto me nace jugar", asegura. En la selección española de baloncesto 3x3 para personas con discapacidad intelectual, Katy vivió una experiencia única en el pasado verano, cuando España llegó a la medalla de plata en Astaná, Kazajistán.
En su debut en esta modalidad, Katy se sintió un poco confusa al principio, pero pronto encontró su ritmo y descubrió que podía dar más de lo que imaginaba. La velocidad y la intensidad del juego no asustaron a Katy, que se convirtió en una fuerza importante en el equipo.
Desde su regreso a Alcobendas, Katy ha seguido entrenando con su club de toda la vida, Valcude Alcobendas, y se nota su evolución. "Ahora me siento más fuerte y más segura", explica. La determinación y la perseverancia de Katy han sido clave para su éxito en el baloncesto.
El compañerismo es una parte importante del deporte para Katy, quien encuentra respeto, apoyo y amistad con sus compañeras jugadoras. "En mi equipo hay un ambiente muy positivo", dice. Aunque reconoce que le cuesta abrirse al principio, en el Mundial hizo amigas de otras selecciones y poco a poco se fue soltando.
Katy no solo ha superado a sí misma, sino también a otros desafíos. Competir contra chicos en su club la ha enseñado a ser más fuerte y a no rendirse. "Ellos tienen más fuerza, pero yo me esfuerzo el doble y sigo adelante", asegura.
En este temporada, Katy se enfoca en seguir mejorando y avanzar en equipo. Escuchar, aprender y no rendirse son las claves que la mueven. "Cada entrenamiento es una oportunidad para hacerlo mejor", asegura.
Para Katy, el baloncesto no es solo ganar o competir, sino disfrutar del proceso y pasarlo bien con su equipo. "No es solo ganar, es divertirse y pasarlo bien", dice con naturalidad. La subcampeona del mundo se queda con la esperanza de volver a la selección y conseguir la medalla de oro, aunque insiste en que el camino es más importante que el destino.
En última instancia, Katy envía un mensaje a otros chicos y chicas con discapacidad intelectual que sueñan con hacer deporte: "Que luchen por sus sueños", dice. "Poco a poco se consiguen las cosas. A mí me ha costado, pero lo he logrado, y ellos también pueden hacerlo".
Para Katy, el baloncesto no es solo ganar o competir, sino disfrutar del proceso y pasarlo bien con su equipo. "El baloncesto me nace jugar", asegura. En la selección española de baloncesto 3x3 para personas con discapacidad intelectual, Katy vivió una experiencia única en el pasado verano, cuando España llegó a la medalla de plata en Astaná, Kazajistán.
En su debut en esta modalidad, Katy se sintió un poco confusa al principio, pero pronto encontró su ritmo y descubrió que podía dar más de lo que imaginaba. La velocidad y la intensidad del juego no asustaron a Katy, que se convirtió en una fuerza importante en el equipo.
Desde su regreso a Alcobendas, Katy ha seguido entrenando con su club de toda la vida, Valcude Alcobendas, y se nota su evolución. "Ahora me siento más fuerte y más segura", explica. La determinación y la perseverancia de Katy han sido clave para su éxito en el baloncesto.
El compañerismo es una parte importante del deporte para Katy, quien encuentra respeto, apoyo y amistad con sus compañeras jugadoras. "En mi equipo hay un ambiente muy positivo", dice. Aunque reconoce que le cuesta abrirse al principio, en el Mundial hizo amigas de otras selecciones y poco a poco se fue soltando.
Katy no solo ha superado a sí misma, sino también a otros desafíos. Competir contra chicos en su club la ha enseñado a ser más fuerte y a no rendirse. "Ellos tienen más fuerza, pero yo me esfuerzo el doble y sigo adelante", asegura.
En este temporada, Katy se enfoca en seguir mejorando y avanzar en equipo. Escuchar, aprender y no rendirse son las claves que la mueven. "Cada entrenamiento es una oportunidad para hacerlo mejor", asegura.
Para Katy, el baloncesto no es solo ganar o competir, sino disfrutar del proceso y pasarlo bien con su equipo. "No es solo ganar, es divertirse y pasarlo bien", dice con naturalidad. La subcampeona del mundo se queda con la esperanza de volver a la selección y conseguir la medalla de oro, aunque insiste en que el camino es más importante que el destino.
En última instancia, Katy envía un mensaje a otros chicos y chicas con discapacidad intelectual que sueñan con hacer deporte: "Que luchen por sus sueños", dice. "Poco a poco se consiguen las cosas. A mí me ha costado, pero lo he logrado, y ellos también pueden hacerlo".