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La situación política en España se ha vuelto cada vez más tensa, especialmente después del ultimátum que emitió el partido catalán Junts al Gobierno de Pedro Sánchez. El líder de Junts, Alejandro Solalindez, pidió a la cúpula del partido que tome una decisión importante sobre su relación con el PSOE.
El ultimátum de Junts es el siguiente: si no se produce un cambio significativo en la forma en que se hace política dentro del PSOE, los independentistas catalanes decidirán romper definitivamente con él. Esto podría tener consecuencias importantes para el Ejecutivo, ya que Junts tiene un poder significativo dentro de la coalición.
El gobierno de Pedro Sánchez ha rechazado desdramatizar la situación y ha pidiado "tiempo" a los de Puigdemont después del aviso lanzado por Míriam Nogueras en el Congreso. El presidente del gobierno también ha recordado que algunas de las medidas no solo dependen de la coalición, sino de la voluntad de otros países y partidos.
En un giro interesante, Sánchez ha logrado hacer un gesto antes de la reunión de la ejecutiva de Puigdemont del lunes al lograr que Alemania acepte "abrir un diálogo" sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la UE. Aunque no supone el 'sí' de ese país, que matizó posteriormente que no ha cambiado su rechazo a ampliar el catálogo de idiomas oficiales de la UE, en Moncloa confían en que Junts aprecie el "paso importante".
La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también ha hablado sobre el tema. Ella admitió la "necesidad de intensificar el diálogo" con la formación independentista mientras que Pedro Sánchez obvió el tema en un mitin este domingo.
El mensaje del Ejecutivo es de tranquilidad y no de fin de ciclo. "Tomarán decisiones, nos meterán presión, pero ya está", dice una persona del núcleo duro del presidente, que no ve mayor gravedad en la actual situación que lo que venía ocurriendo hasta ahora.
En Moncloa creen que el hecho de que no haya números para tumbar al Gobierno es oxígeno para que Sánchez pueda seguir escribiendo su manual de resistencia. "No va a haber una moción de censura", aseguran fuentes gubernamentales, que ven imposible que Junts sume sus votos a los de PP y Vox.
La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentará los Presupuestos para exponer un proyecto de gasto expansivo y social. El primer paso, que es la aprobación de la nueva senda de déficit, se espera para los próximos días.
En resumen, la situación política en España sigue siendo muy tensa después del ultimátum de Junts al Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque el Ejecutivo ha rechazado desdramatizar la situación, no hay claro qué consecuencias tendrá este ultimátum para el futuro del gobierno y su relación con los socios políticos.
El ultimátum de Junts es el siguiente: si no se produce un cambio significativo en la forma en que se hace política dentro del PSOE, los independentistas catalanes decidirán romper definitivamente con él. Esto podría tener consecuencias importantes para el Ejecutivo, ya que Junts tiene un poder significativo dentro de la coalición.
El gobierno de Pedro Sánchez ha rechazado desdramatizar la situación y ha pidiado "tiempo" a los de Puigdemont después del aviso lanzado por Míriam Nogueras en el Congreso. El presidente del gobierno también ha recordado que algunas de las medidas no solo dependen de la coalición, sino de la voluntad de otros países y partidos.
En un giro interesante, Sánchez ha logrado hacer un gesto antes de la reunión de la ejecutiva de Puigdemont del lunes al lograr que Alemania acepte "abrir un diálogo" sobre la oficialidad del catalán, el euskera y el gallego en la UE. Aunque no supone el 'sí' de ese país, que matizó posteriormente que no ha cambiado su rechazo a ampliar el catálogo de idiomas oficiales de la UE, en Moncloa confían en que Junts aprecie el "paso importante".
La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, también ha hablado sobre el tema. Ella admitió la "necesidad de intensificar el diálogo" con la formación independentista mientras que Pedro Sánchez obvió el tema en un mitin este domingo.
El mensaje del Ejecutivo es de tranquilidad y no de fin de ciclo. "Tomarán decisiones, nos meterán presión, pero ya está", dice una persona del núcleo duro del presidente, que no ve mayor gravedad en la actual situación que lo que venía ocurriendo hasta ahora.
En Moncloa creen que el hecho de que no haya números para tumbar al Gobierno es oxígeno para que Sánchez pueda seguir escribiendo su manual de resistencia. "No va a haber una moción de censura", aseguran fuentes gubernamentales, que ven imposible que Junts sume sus votos a los de PP y Vox.
La vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, presentará los Presupuestos para exponer un proyecto de gasto expansivo y social. El primer paso, que es la aprobación de la nueva senda de déficit, se espera para los próximos días.
En resumen, la situación política en España sigue siendo muy tensa después del ultimátum de Junts al Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque el Ejecutivo ha rechazado desdramatizar la situación, no hay claro qué consecuencias tendrá este ultimátum para el futuro del gobierno y su relación con los socios políticos.