LatinoConTinta
Well-known member
El gobierno mexicano nos dice que españoles como Hernán Cortés son odiosos para los mexicanos, pero la verdad es que algunos de los más ilustrados en el siglo XVI eran personas con una visión soñadora del nuevo mundo basada en la fe.
Las palabras de Juan Miguel Zunzunegui, historiador mexicano y autor de "Al día siguiente de la conquista", nos recuerdan que no todos los españoles son iguales. El propio Hernán Cortés, con su curiosidad verdadera y su compromiso con la paz y la traducción, encontró a pueblos a los que no entendió pero que le dieron miedo, pero también vio como prójimos.
Zunzunegui nos explica cómo algunos de los españoles llegaron a América con una visión de justicia y igualdad para todos. La universidad de Salamanca fue un faro humanizador de Europa en ese momento, y la reina Isabel no solo era una mujer adelantada a su tiempo sino que también representaba algo más complejo: una mística que se sentía enviada por Dios.
Pero ¿por qué el gobierno mexicano nos dice que españoles como Hernán Cortés son odiosos? La verdad es que muchos de los mexicanos de hoy están encabronados con España y con Hernán Cortés debido a la propaganda del gobierno.
Las palabras de Zunzunegui también nos recuerdan la brutalidad de los aztecas, pero no solo se trata de una historia mal contada. La verdad es que los aztecas nunca sacrificaron aztecas, pero sí utilizaron la venganza y la teología que los justificaba.
Y ¿qué de Moctezuma? El propio Zunzunegui nos cuenta que Moctezuma fue un militar, un hombre introspectivo y un místico que sabía que su cosmogonía era una falsificación. Sabía que su mundo no era sustentable, pero también sabía que la brutalidad de los españoles iba a funcionar.
Las palabras de Zunzunegui nos recuerdan que España se comportó como se comportaba en América porque era diferente. Llevó el arte y la lengua, las universidades y los hospitales, pero también llevó una visión centralista y la riqueza a Madrid.
En resumen, el gobierno mexicano nos dice que españoles como Hernán Cortés son odiosos para los mexicanos, pero la verdad es que algunos de los más ilustrados en el siglo XVI eran personas con una visión soñadora del nuevo mundo basada en la fe. Es hora de cambiar esta narrativa y recordar la complejidad de la historia.
Las palabras de Juan Miguel Zunzunegui, historiador mexicano y autor de "Al día siguiente de la conquista", nos recuerdan que no todos los españoles son iguales. El propio Hernán Cortés, con su curiosidad verdadera y su compromiso con la paz y la traducción, encontró a pueblos a los que no entendió pero que le dieron miedo, pero también vio como prójimos.
Zunzunegui nos explica cómo algunos de los españoles llegaron a América con una visión de justicia y igualdad para todos. La universidad de Salamanca fue un faro humanizador de Europa en ese momento, y la reina Isabel no solo era una mujer adelantada a su tiempo sino que también representaba algo más complejo: una mística que se sentía enviada por Dios.
Pero ¿por qué el gobierno mexicano nos dice que españoles como Hernán Cortés son odiosos? La verdad es que muchos de los mexicanos de hoy están encabronados con España y con Hernán Cortés debido a la propaganda del gobierno.
Las palabras de Zunzunegui también nos recuerdan la brutalidad de los aztecas, pero no solo se trata de una historia mal contada. La verdad es que los aztecas nunca sacrificaron aztecas, pero sí utilizaron la venganza y la teología que los justificaba.
Y ¿qué de Moctezuma? El propio Zunzunegui nos cuenta que Moctezuma fue un militar, un hombre introspectivo y un místico que sabía que su cosmogonía era una falsificación. Sabía que su mundo no era sustentable, pero también sabía que la brutalidad de los españoles iba a funcionar.
Las palabras de Zunzunegui nos recuerdan que España se comportó como se comportaba en América porque era diferente. Llevó el arte y la lengua, las universidades y los hospitales, pero también llevó una visión centralista y la riqueza a Madrid.
En resumen, el gobierno mexicano nos dice que españoles como Hernán Cortés son odiosos para los mexicanos, pero la verdad es que algunos de los más ilustrados en el siglo XVI eran personas con una visión soñadora del nuevo mundo basada en la fe. Es hora de cambiar esta narrativa y recordar la complejidad de la historia.