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En un mundo cada vez más inquietante debido a la emergencia climática, la ciencia avanza con velocidad agigantada, batiendo récords de emisiones y poniéndonos ante una crisis que parece insuperable. ¿Cómo se siente al escuchar esta tipo de informaciones? Sí, me suscitan dos tipos de sensaciones a la vez: vértigo por la gravedad y urgencia de la situación, y pensamiento en qué podemos hacer para evitar el derrumbe. Pero también pienso que nunca habíamos tenido tanta madurez en el desarrollo de soluciones para enfrentar estos problemas ni nunca habíamos visto una adopción tan rápida ni una viabilidad tan clara de la transición ecológica.
En este punto, es cierto que sentimos optimismo en el panorama actual suena algo contradictorio. Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza. No se trata de promover un optimismo pasivo y ciego, sino de ser conscientes de que tenemos poder, de que nuestras acciones cuentan y de que tenemos una caja de herramientas que hace una década no existía para hacer frente a problemas en ámbitos como la energía, industria, agricultura y ganadería, restauración de ecosistemas, comprensión del suelo. Eso debería darnos esperanza y, sobre todo, hacernos entender que hay muchas cosas que podemos hacer para contribuir a la causa.
Pero ¿hay razones para el optimismo? Claro. La ciencia nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza. La transición ecológica ya se está imponiendo por pura lógica y defensa propia.
¿Cómo se siente al escuchar esta tipo de informaciones? Muchas veces me suscitan dos tipos de sensaciones a la vez: vértigo por la gravedad y urgencia de la situación, y pensamiento en qué podemos hacer para evitar el derrumbe. Pero también pienso que nunca habíamos tenido tanta madurez en el desarrollo de soluciones para enfrentar estos problemas ni nunca habíamos visto una adopción tan rápida ni una viabilidad tan clara de la transición ecológica.
Es cierto, sentimos optimismo en el panorama actual suena algo contradictorio. Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
En este punto, es cierto que sentimos optimismo en el panorama actual suena algo contradictorio. Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza. No se trata de promover un optimismo pasivo y ciego, sino de ser conscientes de que tenemos poder, de que nuestras acciones cuentan y de que tenemos una caja de herramientas que hace una década no existía para hacer frente a problemas en ámbitos como la energía, industria, agricultura y ganadería, restauración de ecosistemas, comprensión del suelo. Eso debería darnos esperanza y, sobre todo, hacernos entender que hay muchas cosas que podemos hacer para contribuir a la causa.
Pero ¿hay razones para el optimismo? Claro. La ciencia nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
La verdad es que muchas veces me suscitan dos tipos de sensaciones a la vez: vértigo por la gravedad y urgencia de la situación, y pensamiento en qué podemos hacer para evitar el derrumbe. Pero también pienso que nunca habíamos tenido tanta madurez en el desarrollo de soluciones para enfrentar estos problemas ni nunca habíamos visto una adopción tan rápida ni una viabilidad tan clara de la transición ecológica.
En este punto, es cierto que sentimos optimismo en el panorama actual suena algo contradictorio. Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
La verdad es que sí. Sí, hay razones para el optimismo. La ciencia nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
En este punto, es cierto que sentimos optimismo en el panorama actual suena algo contradictorio. Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
La verdad es que sí. Sí, hay razones para el optimismo. La ciencia nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
En este punto, es cierto que sentimos optimismo en el panorama actual suena algo contradictorio. Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
La verdad es que sí. Sí, hay razones para el optimismo. La ciencia nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
En este punto, es cierto que sentimos optimismo en el panorama actual suena algo contradictorio. Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
La verdad es que sí. Sí, hay razones para el optimismo. La ciencia nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
En este punto, es cierto que sentimos optimismo en
En este punto, es cierto que sentimos optimismo en el panorama actual suena algo contradictorio. Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza. No se trata de promover un optimismo pasivo y ciego, sino de ser conscientes de que tenemos poder, de que nuestras acciones cuentan y de que tenemos una caja de herramientas que hace una década no existía para hacer frente a problemas en ámbitos como la energía, industria, agricultura y ganadería, restauración de ecosistemas, comprensión del suelo. Eso debería darnos esperanza y, sobre todo, hacernos entender que hay muchas cosas que podemos hacer para contribuir a la causa.
Pero ¿hay razones para el optimismo? Claro. La ciencia nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza. La transición ecológica ya se está imponiendo por pura lógica y defensa propia.
¿Cómo se siente al escuchar esta tipo de informaciones? Muchas veces me suscitan dos tipos de sensaciones a la vez: vértigo por la gravedad y urgencia de la situación, y pensamiento en qué podemos hacer para evitar el derrumbe. Pero también pienso que nunca habíamos tenido tanta madurez en el desarrollo de soluciones para enfrentar estos problemas ni nunca habíamos visto una adopción tan rápida ni una viabilidad tan clara de la transición ecológica.
Es cierto, sentimos optimismo en el panorama actual suena algo contradictorio. Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
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Pero ¿hay razones para el optimismo? Claro. La ciencia nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
La verdad es que muchas veces me suscitan dos tipos de sensaciones a la vez: vértigo por la gravedad y urgencia de la situación, y pensamiento en qué podemos hacer para evitar el derrumbe. Pero también pienso que nunca habíamos tenido tanta madurez en el desarrollo de soluciones para enfrentar estos problemas ni nunca habíamos visto una adopción tan rápida ni una viabilidad tan clara de la transición ecológica.
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Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
La verdad es que sí. Sí, hay razones para el optimismo. La ciencia nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
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Sí, es lo único que podemos hacer ahora mismo. La ciencia del clima nos dice que aún tenemos muchas opciones para salvar el planeta. Para ello, el foco tiene que estar en la acción. No podemos quedarnos anclados en el catastrofismo, el combustible para la acción es la esperanza.
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