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La relación de amor entre Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, conocida como la pareja "Reina de Corazones" y Nobel de Literatura, terminó con una carta que rompió el corazón de ambos. La escritora española mostró en sus memorias un mensaje personal que dejó al escritor sin respondencia.
En las cartas, Vargas Llosa le dirigía a Preysler como "querida", "amor mío" y la expresaba como persona necesaria para su vida. Sin embargo, tras años de estar juntos, el escritor se convirtió en persona inaceptable para la socialite.
Preysler criticó duramente el comportamiento de Vargas Llosa, quien se portaba como un hombre sin educación y que se mostraba celoso y agresivo. El origen social y económico de los dos no importaban, según Preysler, pero lo que sí era importante era la mala educación del escritor.
La madre de Tamara Falcó envió a Vargas Llosa una carta rompiendo su relación. En ella, Preysler le explicaba que su casa no era un hotel donde las personas iban y venían sin respetar a los demás. También denunciaba los ataques de celos del escritor, quienes la habían hecho dos veces antes.
La respuesta final de Preysler fue conculpar al escritor por comportarse de manera inaceptable y pedirle que mandara a alguien a recoger sus cosas. La autora concluyó su mensaje con un escueto "un abrazo".
El fallecimiento del escritor en abril del pasado mes no le permitió despedirse de Preysler, según ella misma. Según la socialite, la familia del escritor también lo impidió.
En las cartas, Vargas Llosa le dirigía a Preysler como "querida", "amor mío" y la expresaba como persona necesaria para su vida. Sin embargo, tras años de estar juntos, el escritor se convirtió en persona inaceptable para la socialite.
Preysler criticó duramente el comportamiento de Vargas Llosa, quien se portaba como un hombre sin educación y que se mostraba celoso y agresivo. El origen social y económico de los dos no importaban, según Preysler, pero lo que sí era importante era la mala educación del escritor.
La madre de Tamara Falcó envió a Vargas Llosa una carta rompiendo su relación. En ella, Preysler le explicaba que su casa no era un hotel donde las personas iban y venían sin respetar a los demás. También denunciaba los ataques de celos del escritor, quienes la habían hecho dos veces antes.
La respuesta final de Preysler fue conculpar al escritor por comportarse de manera inaceptable y pedirle que mandara a alguien a recoger sus cosas. La autora concluyó su mensaje con un escueto "un abrazo".
El fallecimiento del escritor en abril del pasado mes no le permitió despedirse de Preysler, según ella misma. Según la socialite, la familia del escritor también lo impidió.