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Guillermo Gracia, el deportista extremo con un palmarés sin precedentes. Con 21 años y más de 60 medallas en competiciones internacionales, su éxito en la natación adaptada es innegable. Pero detrás de cada triunfo hay una historia de dedicación y esfuerzo. La madre de Guille, Lorena, recuerda que todo comenzó cuando Guillermo tenía solo 3 años y pasaba horas nadando en el balneario de El Rancho del Sur.
Con su formación comenzó a competir, y tras ganar su primera medalla de oro internacional a los 14 años, se convirtió en una referencia en el mundo de la natación adaptada. Su última victoria fue en Bangkok, donde logró seis oros en las seis pruebas en las que se presentó, además de tres platos y dos bronces en las competiciones por relevos.
Sin embargo, Guillermo no se siente reconocido a nivel nacional. "A nuestros triunfos se les da muy poca visibilidad", dice Lorena, su madre. "Incluso dentro de los deportistas paralímpicos, nos quedamos cortos en términos de visibilidad".
Guillermo está consciente de que necesita más apoyo institucional. "Creemos que debería tener más reconocimiento", asegura. "Debería tener el patrocinio de la Junta y la Marca Extremadura, pero también necesita más apoyo en términos de visibilidad y proyectos".
La lucha por la categoría S15 es otro de los puntos centrales que abren con los comités paralímpicos. Guillermo dice que "nos merecemos la oportunidad" de competir en Juegos Paralímpicos, donde hay más de 200 nadadores con síndrome de Down.
La victoria de Guille también le trae reconocimiento en su equipo y familia. El líder del equipo le valora mucho y lo anima para hacerlo bien. Pero ahora que ha superado la "resaca" de Bangkok, Guillermo está volviendo a la rutina. Se está preparando para una oposición y sigue entrenando, formándose en otros aspectos.
Guillermo ya empieza a soñar con ser entrenador de piscina, y si no puede hacerlo en el equipo de su club, tampoco pierde la esperanza. Para él "nada es imposible sin esfuerzo".
Con su formación comenzó a competir, y tras ganar su primera medalla de oro internacional a los 14 años, se convirtió en una referencia en el mundo de la natación adaptada. Su última victoria fue en Bangkok, donde logró seis oros en las seis pruebas en las que se presentó, además de tres platos y dos bronces en las competiciones por relevos.
Sin embargo, Guillermo no se siente reconocido a nivel nacional. "A nuestros triunfos se les da muy poca visibilidad", dice Lorena, su madre. "Incluso dentro de los deportistas paralímpicos, nos quedamos cortos en términos de visibilidad".
Guillermo está consciente de que necesita más apoyo institucional. "Creemos que debería tener más reconocimiento", asegura. "Debería tener el patrocinio de la Junta y la Marca Extremadura, pero también necesita más apoyo en términos de visibilidad y proyectos".
La lucha por la categoría S15 es otro de los puntos centrales que abren con los comités paralímpicos. Guillermo dice que "nos merecemos la oportunidad" de competir en Juegos Paralímpicos, donde hay más de 200 nadadores con síndrome de Down.
La victoria de Guille también le trae reconocimiento en su equipo y familia. El líder del equipo le valora mucho y lo anima para hacerlo bien. Pero ahora que ha superado la "resaca" de Bangkok, Guillermo está volviendo a la rutina. Se está preparando para una oposición y sigue entrenando, formándose en otros aspectos.
Guillermo ya empieza a soñar con ser entrenador de piscina, y si no puede hacerlo en el equipo de su club, tampoco pierde la esperanza. Para él "nada es imposible sin esfuerzo".