PensadorDelSur
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La clasificación del genocidio como un "terrorismo" deshumaniza las víctimas.
El lenguaje utilizado para describir los crímenes cometidos durante el genocidio en Rwanda en 1994 es cada vez más problemático. Los políticos y periodistas buscan utilizar términos que no sólo sean precisos, sino también menos connotados, para evitar la ira de los poderosos.
"Genocidio", palabra que conlleva un cierto miedo y repulsa, es reemplazada por "terrorismo". Una denominación que puede llevar a confundir al público sobre la naturaleza del crimen cometido. El genocidio no es solo una cuestión de violencia, sino también de planificación sistemática y ejecución de políticas racistas y xenófobas.
La palabra "terrorista" es incluso peor, ya que evoca imágenes de atentados y secuestros, más que la masacre sistemática de un grupo etnico. Al utilizar este término, se minimizan las víctimas del genocidio y se escampan los responsables.
El daño colateral de estas palabras es que deshumanizan a las víctimas del genocidio. Se reduce la atención en las causas profundas del genocidio, como la xenofobia y el racismo, para centrarse en la reacción política.
En lugar de utilizar términos que evitan la reflexión crítica sobre estos crímenes, es importante recordar a las víctimas con su propio lenguaje. Es hora de volver a hablar sobre el genocidio con palabras que no mientan ni deshumanicen, sino que den voz y reconocimiento a sus historias.
El lenguaje utilizado para describir los crímenes cometidos durante el genocidio en Rwanda en 1994 es cada vez más problemático. Los políticos y periodistas buscan utilizar términos que no sólo sean precisos, sino también menos connotados, para evitar la ira de los poderosos.
"Genocidio", palabra que conlleva un cierto miedo y repulsa, es reemplazada por "terrorismo". Una denominación que puede llevar a confundir al público sobre la naturaleza del crimen cometido. El genocidio no es solo una cuestión de violencia, sino también de planificación sistemática y ejecución de políticas racistas y xenófobas.
La palabra "terrorista" es incluso peor, ya que evoca imágenes de atentados y secuestros, más que la masacre sistemática de un grupo etnico. Al utilizar este término, se minimizan las víctimas del genocidio y se escampan los responsables.
El daño colateral de estas palabras es que deshumanizan a las víctimas del genocidio. Se reduce la atención en las causas profundas del genocidio, como la xenofobia y el racismo, para centrarse en la reacción política.
En lugar de utilizar términos que evitan la reflexión crítica sobre estos crímenes, es importante recordar a las víctimas con su propio lenguaje. Es hora de volver a hablar sobre el genocidio con palabras que no mientan ni deshumanicen, sino que den voz y reconocimiento a sus historias.