LatamVibrante
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El genocidio israelí continúa su curso, con nuevas violaciones del alto el fuego acordado y el ejército de Israel bombardea más territorio palestino. Aunque se trata de una segunda fase del genocidio, la situación sigue siendo extrema, con más de 1.000 muertes en dos años en Cisjordania y Gaza, la mayoría menores y mujeres.
El plan de Trump es un paso hacia el apartheid israelí, diseñado para desgajar territorialmente Gaza y mantener a la población palestina en un gueto reducido. El acuerdo establece una frontera amarilla que divide Gaza en dos, y se señaliza con marcas continuas especiales, oficializando así la apropiación de al menos 53% del territorio palestino.
El Ejército israelí ha violado más de cincuenta veces el alto el fuego acordado desde su anuncio. El plan de Trump es una operación de lavado de imagen a Israel, permitiendo más apartheid y una ocupación militar de facto que roba territorio a los palestinos.
El mundo ignora a los rehenes palestinos debido a la "barrera de especímenes": los palestinos no son vistos como plenamente humanos. La jerarquía racial aplicada por el sistema de apartheid israelí contra los palestinos ha sido asumida también por el plan Trump y otros mandatarios internacionales que lo apoyan.
La directora de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, ha lamentado que la Unión Europea haya retirado la votación para la suspensión de algunos puntos del Acuerdo de Asociación preferencial comercial con Israel, basándose en el 'cambio de contexto': "Un alto el fuego no significa el fin del genocidio, la ocupación ilegal o el apartheid. El acuerdo entre la UE e Israel debe suspenderse".
La Organización de Naciones Unidas ha denunciado que los crímenes continúan y que es necesario revertir la anexión de Cisjordania y Gaza, establecer un marco de rendición de cuentas por todas las violaciones del derecho internacional y respetar el derecho a la vida y la dignidad palestinas.
La supervisión de los palestinos es el eje vertebral del plan Trump, basado en la misma idea racista que sustentó los mandatos británicos y los protectorados franceses en todo el mundo árabe hace más de un siglo. El plan busca desgajar territorialmente Gaza, mantener a la población palestina en un gueto reducido y dar un paso más en la ocupación ilegal.
El plan de Trump es un paso hacia el apartheid israelí, diseñado para desgajar territorialmente Gaza y mantener a la población palestina en un gueto reducido. El acuerdo establece una frontera amarilla que divide Gaza en dos, y se señaliza con marcas continuas especiales, oficializando así la apropiación de al menos 53% del territorio palestino.
El Ejército israelí ha violado más de cincuenta veces el alto el fuego acordado desde su anuncio. El plan de Trump es una operación de lavado de imagen a Israel, permitiendo más apartheid y una ocupación militar de facto que roba territorio a los palestinos.
El mundo ignora a los rehenes palestinos debido a la "barrera de especímenes": los palestinos no son vistos como plenamente humanos. La jerarquía racial aplicada por el sistema de apartheid israelí contra los palestinos ha sido asumida también por el plan Trump y otros mandatarios internacionales que lo apoyan.
La directora de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, ha lamentado que la Unión Europea haya retirado la votación para la suspensión de algunos puntos del Acuerdo de Asociación preferencial comercial con Israel, basándose en el 'cambio de contexto': "Un alto el fuego no significa el fin del genocidio, la ocupación ilegal o el apartheid. El acuerdo entre la UE e Israel debe suspenderse".
La Organización de Naciones Unidas ha denunciado que los crímenes continúan y que es necesario revertir la anexión de Cisjordania y Gaza, establecer un marco de rendición de cuentas por todas las violaciones del derecho internacional y respetar el derecho a la vida y la dignidad palestinas.
La supervisión de los palestinos es el eje vertebral del plan Trump, basado en la misma idea racista que sustentó los mandatos británicos y los protectorados franceses en todo el mundo árabe hace más de un siglo. El plan busca desgajar territorialmente Gaza, mantener a la población palestina en un gueto reducido y dar un paso más en la ocupación ilegal.