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Un equipo europeo ha dado un salto histórico en la simulación de un procesador cuántico, logrando replicar pas a pas cómo funciona este tipo de computadoras, que pueden manejar más datos de los que un ordenador normal podría agotar en toda su vida útil.
En el centro de investigación Forschungszentrum Jülich, situado en Alemania, se han utilizado 50 qubits, unidades básicas que pueden estar en varios estados al mismo tiempo, lo que hace muy potentes pero también extremadamente difíciles de imitar con tecnología clásica. La simulación ha sido posible gracias a una combinación de nuevas ideas para aprovechar mejor la memoria y el hardware.
El superordenador europeo JUPITER combina dos tipos de chips: NVIDIA GH200, que unen CPU y GPU, lo que permite manejar más información de la que normalmente permitiría una GPU por sí sola. Además, se ha creado una nueva versión del simulador cuántico, llamada JUQCS-50, diseñada para funcionar con esta mezcla de memorias.
Esta herramienta también cuenta con un método de compresión que reduce la memoria necesaria hasta ocho veces, y un sistema que optimiza cómo se mueven los datos entre los chips. La infraestructura cuántica JUNIQ permitirá que más investigadores puedan usarla en el futuro.
JUPITER no es solo un superordenador más en una larga lista de máquinas gigantes, sino que tiene una capacidad de cálculo que supera el quintillón de operaciones por segundo. Su sistema de refrigeración líquida directa mantiene estables sus miles de componentes mientras reutiliza el calor para calentar edificios del propio campus. Esto no solo rompe récords de rendimiento, sino también ha llegado a dominar el ranking Green500.
El equipo europeo ya trabaja en modelos climáticos ultraprecisos, simulaciones biomédicas, nuevos materiales y energías sostenibles, y ahora, se está enfocando en la reproducción exacta del comportamiento de un procesador cuántico real. Esto abre nuevas posibilidades para la investigación en todo el continente.
En el centro de investigación Forschungszentrum Jülich, situado en Alemania, se han utilizado 50 qubits, unidades básicas que pueden estar en varios estados al mismo tiempo, lo que hace muy potentes pero también extremadamente difíciles de imitar con tecnología clásica. La simulación ha sido posible gracias a una combinación de nuevas ideas para aprovechar mejor la memoria y el hardware.
El superordenador europeo JUPITER combina dos tipos de chips: NVIDIA GH200, que unen CPU y GPU, lo que permite manejar más información de la que normalmente permitiría una GPU por sí sola. Además, se ha creado una nueva versión del simulador cuántico, llamada JUQCS-50, diseñada para funcionar con esta mezcla de memorias.
Esta herramienta también cuenta con un método de compresión que reduce la memoria necesaria hasta ocho veces, y un sistema que optimiza cómo se mueven los datos entre los chips. La infraestructura cuántica JUNIQ permitirá que más investigadores puedan usarla en el futuro.
JUPITER no es solo un superordenador más en una larga lista de máquinas gigantes, sino que tiene una capacidad de cálculo que supera el quintillón de operaciones por segundo. Su sistema de refrigeración líquida directa mantiene estables sus miles de componentes mientras reutiliza el calor para calentar edificios del propio campus. Esto no solo rompe récords de rendimiento, sino también ha llegado a dominar el ranking Green500.
El equipo europeo ya trabaja en modelos climáticos ultraprecisos, simulaciones biomédicas, nuevos materiales y energías sostenibles, y ahora, se está enfocando en la reproducción exacta del comportamiento de un procesador cuántico real. Esto abre nuevas posibilidades para la investigación en todo el continente.