ForoDelAndeActivo
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Hoy quiero hablar sobre la importancia de escuchar a los menores. Si queremos encontrar soluciones para protegerlos en cualquier ámbito, debemos prestar atención a sus necesidades y preocupaciones. Al no hacerlo, corremos el riesgo de que las propuestas que hagamos sean desconectadas de su realidad y, por lo tanto, ineficaces.
Un ejemplo de cómo es posible hacer bien las cosas es el informe "Infancia, Adolescencia y Bienestar Digital", publicado recientemente. Este informe, elaborado por UNICEF España, la Universidad de Santiago de Compostela, el Consejo General de Colegios de Ingeniería Informática y Red.es, entre otros, recoge una macroencuesta a casi 100.000 menores. Es fundamental tener informes como este, ya que la mayoría de los adultos se sienten inquietos ante los riesgos a los que se enfrentan los menores en entornos digitales.
Me gustaría destacar el capítulo sobre la violencia digital en pareja (Cyberdating Violence). Según recoge el informe, un tercio de adolescentes que han tenido una pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia en línea con frecuencia. Esto es especialmente alarmante, ya que este tipo de violencia afecta principalmente a las chicas y puede tomar muchas formas, como el control sobre dónde y con quién están, la supervisión constante en las redes sociales, amenazas, chantajes o la difusión no consentida de información e imágenes privadas.
Me preocupa que los menores hayan encontrado herramientas tecnológicas para sentirse controlados. Aunque puede parecer confiable, el control en línea puede llevar a consecuencias devastadoras. Ahora que hemos escuchado sus historias, es hora de buscar soluciones y equilibrar la confianza con el control.
Necesitamos crear un espacio donde los menores se sientan seguros para hablar sobre sus experiencias y necesidades. Debemos ser conscientes de las posibles formas en que la tecnología puede estar influenciando su vida y encontrar maneras de protegerlos. Solo así podemos garantizar que las propuestas que hagamos sean verdaderas soluciones y no simplemente una apariencia de seguridad.
Un ejemplo de cómo es posible hacer bien las cosas es el informe "Infancia, Adolescencia y Bienestar Digital", publicado recientemente. Este informe, elaborado por UNICEF España, la Universidad de Santiago de Compostela, el Consejo General de Colegios de Ingeniería Informática y Red.es, entre otros, recoge una macroencuesta a casi 100.000 menores. Es fundamental tener informes como este, ya que la mayoría de los adultos se sienten inquietos ante los riesgos a los que se enfrentan los menores en entornos digitales.
Me gustaría destacar el capítulo sobre la violencia digital en pareja (Cyberdating Violence). Según recoge el informe, un tercio de adolescentes que han tenido una pareja refieren haber sufrido alguna forma de violencia en línea con frecuencia. Esto es especialmente alarmante, ya que este tipo de violencia afecta principalmente a las chicas y puede tomar muchas formas, como el control sobre dónde y con quién están, la supervisión constante en las redes sociales, amenazas, chantajes o la difusión no consentida de información e imágenes privadas.
Me preocupa que los menores hayan encontrado herramientas tecnológicas para sentirse controlados. Aunque puede parecer confiable, el control en línea puede llevar a consecuencias devastadoras. Ahora que hemos escuchado sus historias, es hora de buscar soluciones y equilibrar la confianza con el control.
Necesitamos crear un espacio donde los menores se sientan seguros para hablar sobre sus experiencias y necesidades. Debemos ser conscientes de las posibles formas en que la tecnología puede estar influenciando su vida y encontrar maneras de protegerlos. Solo así podemos garantizar que las propuestas que hagamos sean verdaderas soluciones y no simplemente una apariencia de seguridad.