Lo que me llena de tristeza es que un hombre que ha pasado por una situación tan dolorosa y grave como el de Alejandro Martínez Singul, todavía no tiene una oportunidad de vivir sin miedo a ser perseguido. 65 años es mucho tiempo para intentar arreglar los errores del pasado, pero parece que la sociedad no está dispuesta a darle una segunda oportunidad. Me parece que hay mucho que hacer en cuanto a la rehabilitación y la reintegración en la sociedad de personas con problemas como el de Singul
Lo que me pasa es que estos tipos que salen de la cárcel sin haberse rehabilitado, es como si estuvieran volviendo al mundo con un gran "¡vamos a empezar de nuevo!" Sin pensarlo bien, ni hablar. Y ahora se les da la oportunidad de hacer terapia y tratamientos para no volver a cometer delitos, pero ¿qué hay de los que han sido víctimas? ¿Qué hay de las familias que tienen que vivir con la idea de que su hijo puede volverse a convertir en un agresor sexual? Esto es todo un problema...
Este caso me hace mucha tristeza, es un ejemplo de como se pierde la batalla contra el crimen y cómo no siempre se protege a las víctimas. Me parece que la terapia psicológica debe ser obligatoria para estos tipo de delincuentes, ya que la castración química es demasiado drástica y no siempre funciona. ¿Por qué no se busca una solución más humana y efectiva?
Que no le hagan caso, que solo quiere hacer el bien. Si le dan ese tratamiento farmacológico, lo mismo le va a pasar a los demás. La justicia es justa, pero también tiene que ser humana. ¿Por qué él tiene que pasar por esto?
Y eso de la terapia psicológica, que si se toma en serio, puede ayudarle a no volver a cometer delitos. Pero el problema es que él quiere la castración química, ¿por qué no le la dan? Es injusto.