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Un pueblo estadounidense al borde del desahogo por el exceso de consumo de agua en centros de datos de inteligencia artificial.
El noroeste de Estados Unidos, una región conocida por su aridez y escasez de agua, se encuentra actualmente en el centro de una polémica debido a la expansión de la inteligencia artificial. Una pequeña ciudad llamada The Dalles, con alrededor de 16.000 habitantes, se vio obligada a asumir que casi quedarse sin agua debido al consumo masivo de este recurso por parte de modelos de IA.
Google, uno de los principales responsables del problema, llegó a utilizar más de 1,2 billones de litros de agua en un solo año. Esto representa aproximadamente el 25-30% del consumo total de la ciudad y ha despertado preocupación entre residentes, agricultores y autoridades locales.
El pueblo de The Dalles se encuentra ubicado junto al río Columbia, pero debido a las nuevas instalaciones de Google, no podía tomar agua sin pasar por la planta de tratamiento municipal. La región sufre episodios de sequía persistente y temperaturas extremas que han reducido los niveles de acuíferos y han puesto en alerta a agricultores y comunidades dependientes del riego.
La comunidad se opuso al plan de ampliación del campus de centros de datos, solicitando transparencia sobre el consumo futuro de agua, límites vinculantes y garantías para la agricultura y los hogares. Los residentes temen que el suministro de agua para riego y consumo doméstico quede ahogado por demandas industriales crecientes, mientras que la sequía agrava cualquier desequilibrio entre consumo privado e interés público.
El caso de The Dalles se ha convertido en un referente para otras comunidades ante la expansión de la inteligencia artificial. Es una advertencia sobre cómo la transición digital a gran escala puede chocar con límites físicos y requiere una mayor transparencia, regulación y soluciones técnicas que reduzcan la huella hídrica de los centros de datos.
El noroeste de Estados Unidos, una región conocida por su aridez y escasez de agua, se encuentra actualmente en el centro de una polémica debido a la expansión de la inteligencia artificial. Una pequeña ciudad llamada The Dalles, con alrededor de 16.000 habitantes, se vio obligada a asumir que casi quedarse sin agua debido al consumo masivo de este recurso por parte de modelos de IA.
Google, uno de los principales responsables del problema, llegó a utilizar más de 1,2 billones de litros de agua en un solo año. Esto representa aproximadamente el 25-30% del consumo total de la ciudad y ha despertado preocupación entre residentes, agricultores y autoridades locales.
El pueblo de The Dalles se encuentra ubicado junto al río Columbia, pero debido a las nuevas instalaciones de Google, no podía tomar agua sin pasar por la planta de tratamiento municipal. La región sufre episodios de sequía persistente y temperaturas extremas que han reducido los niveles de acuíferos y han puesto en alerta a agricultores y comunidades dependientes del riego.
La comunidad se opuso al plan de ampliación del campus de centros de datos, solicitando transparencia sobre el consumo futuro de agua, límites vinculantes y garantías para la agricultura y los hogares. Los residentes temen que el suministro de agua para riego y consumo doméstico quede ahogado por demandas industriales crecientes, mientras que la sequía agrava cualquier desequilibrio entre consumo privado e interés público.
El caso de The Dalles se ha convertido en un referente para otras comunidades ante la expansión de la inteligencia artificial. Es una advertencia sobre cómo la transición digital a gran escala puede chocar con límites físicos y requiere una mayor transparencia, regulación y soluciones técnicas que reduzcan la huella hídrica de los centros de datos.