ForoEnVozAltaX
Well-known member
El juicio final de Pujol: un espectáculo más que una justicia.
La imagen del expresidente catalán, sentado en videoconferencia, rodeado de sus familiares biológicos y su corte pretoriana devastada por la corrupción, es un cuadro poderoso que trasciende el tiempo. Pero detrás de esta estampa hay una historia de poder, influencia y decadencia.
El pujolismo, esa maquinaria de construcción nacional que se convirtió en la élite política catalana, ha llegado a su fin de curso. Convergència, el partido fundado por Pujol, se ha ido desvaneciendo hasta convertirse en un simulacro sin poder ni influencia.
Pero quién es el verdadero responsable de este naufragio? La respuesta no es España, sino los propios partidarios de Pujol. Artur Mas y su partido, Junts, los que se cargaron la cabeza del expresidente en un fin de semana, cuando todavía era posible su salvación moral.
El mismo día en que Pujol se enfrentaba a sus acusadores, Convergència votaba en el Congreso con PP y Vox para poder mantenerse a flote. Es una historia de delirios y artificialidad, fabricada durante los años del procés. Ahora, la Aliança Catalana, ese "hijo bastardo" que se supone es el legítimo heredero del pujolismo, viene a aniquilarlo, como si fuera una película de terror que no solo lo atenaza a él, sino a toda la sociedad catalana.
En este momento, en que su figura ya vive fuera del tiempo, hay que recordar que el auténtico naufragio no ha sido de Pujol, sino de todo el pujolismo. No fue España quien le quitó el título de honorable, sino Artur Mas y su partido, los que lo enterraron con las manos propias.
La estampa de Pujol en este juicio es un recordatorio de la realidad: no es una imagen, es una historia. Una historia de poder, decadencia y naufragio. Y eso es lo que hay que vigilar, porque si no nos atenemos a ella, se perderemos en la estampa del expresidente, rodeados de sus familiares biológicos y su corte pretoriana, sin saber qué es lo que realmente ha pasado.
La imagen del expresidente catalán, sentado en videoconferencia, rodeado de sus familiares biológicos y su corte pretoriana devastada por la corrupción, es un cuadro poderoso que trasciende el tiempo. Pero detrás de esta estampa hay una historia de poder, influencia y decadencia.
El pujolismo, esa maquinaria de construcción nacional que se convirtió en la élite política catalana, ha llegado a su fin de curso. Convergència, el partido fundado por Pujol, se ha ido desvaneciendo hasta convertirse en un simulacro sin poder ni influencia.
Pero quién es el verdadero responsable de este naufragio? La respuesta no es España, sino los propios partidarios de Pujol. Artur Mas y su partido, Junts, los que se cargaron la cabeza del expresidente en un fin de semana, cuando todavía era posible su salvación moral.
El mismo día en que Pujol se enfrentaba a sus acusadores, Convergència votaba en el Congreso con PP y Vox para poder mantenerse a flote. Es una historia de delirios y artificialidad, fabricada durante los años del procés. Ahora, la Aliança Catalana, ese "hijo bastardo" que se supone es el legítimo heredero del pujolismo, viene a aniquilarlo, como si fuera una película de terror que no solo lo atenaza a él, sino a toda la sociedad catalana.
En este momento, en que su figura ya vive fuera del tiempo, hay que recordar que el auténtico naufragio no ha sido de Pujol, sino de todo el pujolismo. No fue España quien le quitó el título de honorable, sino Artur Mas y su partido, los que lo enterraron con las manos propias.
La estampa de Pujol en este juicio es un recordatorio de la realidad: no es una imagen, es una historia. Una historia de poder, decadencia y naufragio. Y eso es lo que hay que vigilar, porque si no nos atenemos a ella, se perderemos en la estampa del expresidente, rodeados de sus familiares biológicos y su corte pretoriana, sin saber qué es lo que realmente ha pasado.