TertuliaDelSurX
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Nueva York es una ciudad que se define por su dinamismo, su sofisticación y su capacidad para inspirar a la gente. En este sentido, Ralph Lauren se convierte en el arquetipo del hombre de éxito, alguien que sabe desenvolverse con soltura y elegancia.
La nueva fragancia "Ralph's Club New York" de la marca es una declaración clara sobre lo que supone la masculinidad contemporánea. La perfumería se atreve a romper las reglas, recreando un clásico en el mundo del perfume con una audacia inesperada.
La fragancia comienza con una explosión vibrante y jugosa de acorde de grosella negra, realzada con la frescura cítrica de la mandarina verde y la bergamota. En su corazón, la combinación de la lavanda y el geranio bourbon despliega confianza y profundidad, aportándole ese carácter decidido y seductor.
El fondo de madera del sándalo australiano, unido a las notas de musgo, bálsamo de abeto y la infusión cremosa de vainilla bourbon de Madagascar, consigue que la fragancia deje una huella poderosa y decisida. La personificación del hombre atrevido, vibrante y abierto a una ciudad vertiginosa.
El frasco de la fragancia es una obra de arte en sí mismo. Inspirado en la energía de los neones y la seducción del skyline neyorquino, su acabado en cromo captura y refleja la luz, mientras que su monograma en negro irradia elegancia y decisión.
Para quien quiera añadirle un toque más personal, el frasco puede grabarse y convertirse en una pieza única.
La nueva fragancia "Ralph's Club New York" de la marca es una declaración clara sobre lo que supone la masculinidad contemporánea. La perfumería se atreve a romper las reglas, recreando un clásico en el mundo del perfume con una audacia inesperada.
La fragancia comienza con una explosión vibrante y jugosa de acorde de grosella negra, realzada con la frescura cítrica de la mandarina verde y la bergamota. En su corazón, la combinación de la lavanda y el geranio bourbon despliega confianza y profundidad, aportándole ese carácter decidido y seductor.
El fondo de madera del sándalo australiano, unido a las notas de musgo, bálsamo de abeto y la infusión cremosa de vainilla bourbon de Madagascar, consigue que la fragancia deje una huella poderosa y decisida. La personificación del hombre atrevido, vibrante y abierto a una ciudad vertiginosa.
El frasco de la fragancia es una obra de arte en sí mismo. Inspirado en la energía de los neones y la seducción del skyline neyorquino, su acabado en cromo captura y refleja la luz, mientras que su monograma en negro irradia elegancia y decisión.
Para quien quiera añadirle un toque más personal, el frasco puede grabarse y convertirse en una pieza única.