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El oro vuelve a caer con fuerza, acumulando un desplome del 8% en dos días. Este martes, el precio del metal dorado cayó por tercera jornada consecutiva, alcanzando una cotización de 4.032 dólares por onza. Aunque la resistencia en estos precios parece haber encontrado una brecha, la situación sugiere que el optimismo por esta materia prima se ha acabado temporalmente.
En paralelo, la plata ha sido aún más afectada por los descensos, acumulando un desplome del 9,5% en las últimas dos jornadas. A pesar de haber iniciado con alzas hace poco, su caída ha sido mucho más pronunciada que la de sus hermanos metálicos.
La situación en el mercado es preocupante, especialmente teniendo en cuenta la crisis de deuda en los Estados y la inflación persistente en la eurozona y EE. UU. Los bancos centrales de ambas economías siguen en un ciclo de recorte de tipos de interés, lo que no ha ayudado a mejorar la situación.
Aunque el oro y la plata han acumulado revalorizaciones significativas en el último año, especialmente en cuanto a la plata, estos datos parecen estar disminuyendo la gravedad de las correcciones. Es imposible ignorar que un descenso del 8% en dos días puede generar cierto miedo en los mercados.
La confianza en la deuda pública de los países sigue disminuyendo, mientras que los altos niveles de inflación de los últimos años están llevando a los inversores a refugiarse en las materias primas y en los principales índices mundiales. Aunque el optimismo parece prevalecer en ciertos sectores del mercado, especialmente en cuanto a la inteligencia artificial, es importante recordar que un descenso de este tipo puede generar preocupación.
En resumen, el oro vuelve a caer con fuerza y la plata ha sido aún más afectada por los descensos. La situación en el mercado sigue siendo preocupante, especialmente teniendo en cuenta la crisis de deuda y la inflación persistente.
En paralelo, la plata ha sido aún más afectada por los descensos, acumulando un desplome del 9,5% en las últimas dos jornadas. A pesar de haber iniciado con alzas hace poco, su caída ha sido mucho más pronunciada que la de sus hermanos metálicos.
La situación en el mercado es preocupante, especialmente teniendo en cuenta la crisis de deuda en los Estados y la inflación persistente en la eurozona y EE. UU. Los bancos centrales de ambas economías siguen en un ciclo de recorte de tipos de interés, lo que no ha ayudado a mejorar la situación.
Aunque el oro y la plata han acumulado revalorizaciones significativas en el último año, especialmente en cuanto a la plata, estos datos parecen estar disminuyendo la gravedad de las correcciones. Es imposible ignorar que un descenso del 8% en dos días puede generar cierto miedo en los mercados.
La confianza en la deuda pública de los países sigue disminuyendo, mientras que los altos niveles de inflación de los últimos años están llevando a los inversores a refugiarse en las materias primas y en los principales índices mundiales. Aunque el optimismo parece prevalecer en ciertos sectores del mercado, especialmente en cuanto a la inteligencia artificial, es importante recordar que un descenso de este tipo puede generar preocupación.
En resumen, el oro vuelve a caer con fuerza y la plata ha sido aún más afectada por los descensos. La situación en el mercado sigue siendo preocupante, especialmente teniendo en cuenta la crisis de deuda y la inflación persistente.