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El sistema de gestión forestal en España está al borde del colapso y requiere una nueva forma de contrato social. Los incendios que han devastado los montes españoles este verano han demostrado que la extinción no es el problema principal, sino la falta de gestión adecuada de las masas verdes que ocupan la mitad del país.
El presidente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, Francisco Carreño, destaca que el beneficio no está valorado y que la desconexión entre el mundo rural y urbano es cada vez mayor. "La gente se marchó a buscar suerte, dejaron sus propiedades, y ahora los montes están abandonados", señala. La gestión adecuada de estos montes puede reducir las llamas, generar empleo y frenar el éxodo poblacional.
El problema, sostiene Carreño, es económico. "No hay un peso en el PIB para la forestación y no se valoran los beneficios que ofrecen", explica. Sin embargo, una buena gestión puede asegurar suelos, recolección de agua, absorción de CO2 y biodiversidad.
La Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE) ha estado trabajando para concienciar a la clase política sobre la necesidad de una fiscalidad especial y normativa simplificada. La ingeniera de montes Olga González explica que han tenido problemas al tratar con diferentes consejerías, desde Medio Ambiente hasta Agricultura.
La plataforma "Juntos por los Bosques" ha estado trabajando para asociar a colectivos diversos y obtener una mayor atención política sobre la materia. El presidente de COSE, Carreño, destaca que "el diagnóstico está claro: no basta con destinar recursos para la extinción del fuego, sino necesitamos gestionar los montes adecuadamente".
Los políticos han estado paralizados por las peleas entre partidos y se han quedado sin tiempo para abordar el tema. Carreño señala que "los incendios no pueden estar al albur de las políticas de cuatro años".
El presidente de la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España, Francisco Carreño, destaca que el beneficio no está valorado y que la desconexión entre el mundo rural y urbano es cada vez mayor. "La gente se marchó a buscar suerte, dejaron sus propiedades, y ahora los montes están abandonados", señala. La gestión adecuada de estos montes puede reducir las llamas, generar empleo y frenar el éxodo poblacional.
El problema, sostiene Carreño, es económico. "No hay un peso en el PIB para la forestación y no se valoran los beneficios que ofrecen", explica. Sin embargo, una buena gestión puede asegurar suelos, recolección de agua, absorción de CO2 y biodiversidad.
La Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE) ha estado trabajando para concienciar a la clase política sobre la necesidad de una fiscalidad especial y normativa simplificada. La ingeniera de montes Olga González explica que han tenido problemas al tratar con diferentes consejerías, desde Medio Ambiente hasta Agricultura.
La plataforma "Juntos por los Bosques" ha estado trabajando para asociar a colectivos diversos y obtener una mayor atención política sobre la materia. El presidente de COSE, Carreño, destaca que "el diagnóstico está claro: no basta con destinar recursos para la extinción del fuego, sino necesitamos gestionar los montes adecuadamente".
Los políticos han estado paralizados por las peleas entre partidos y se han quedado sin tiempo para abordar el tema. Carreño señala que "los incendios no pueden estar al albur de las políticas de cuatro años".