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Gobernador de Florida ordena a las universidades que dejen de contratar trabajadores extranjeros
En un giro inesperado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha anunciado su intención de eliminar el uso de visas H-1B en las universidades públicas del estado para reservar esos puestos a ciudadanos estadounidenses. Este anuncio se alinea con la línea nacionalista promovida por Donald Trump, quien ha aumentado drásticamente el coste de las visas H-1B.
Según DeSantis, "¿Me están tomando el pelo? ¿Acaso no podemos formar a un entrenador asistente de natación en este país?", expresando su frustración ante la contratación de personal extranjero en instituciones educativas. Sin embargo, esta postura es criticada por expertos en políticas de inmigración y académicos, quienes argumentan que restringir estas visas pondría en peligro el objetivo público del estado de promover la educación superior.
La presidenta de la Asociación Americana de Universidades y Colegios, Lynn Pasquerella, advierte que "restringir estas visas en Florida pondría en peligro el objetivo público del estado de promover la educación superior, al reducir la capacidad de reclutar y retener a los mejores profesores, investigadores y estudiantes internacionales".
Por otro lado, Charles Lee Isbell Jr., rector de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, alerta que "contratar a candidatos menos cualificados debilitaría la selección basada en el mérito y comprometería la excelencia académica".
Es importante destacar que DeSantis no tiene autoridad directa para eliminar las visas H-1B, ya que estas son emitidas por el gobierno federal. Sin embargo, el estado podría dejar de patrocinar nuevos visados o limitar su uso en instituciones públicas.
Este anuncio refleja el giro restrictivo de la política migratoria estadounidense y el creciente debate sobre el equilibrio entre proteger el empleo nacional y mantener la competitividad global.
En un giro inesperado, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha anunciado su intención de eliminar el uso de visas H-1B en las universidades públicas del estado para reservar esos puestos a ciudadanos estadounidenses. Este anuncio se alinea con la línea nacionalista promovida por Donald Trump, quien ha aumentado drásticamente el coste de las visas H-1B.
Según DeSantis, "¿Me están tomando el pelo? ¿Acaso no podemos formar a un entrenador asistente de natación en este país?", expresando su frustración ante la contratación de personal extranjero en instituciones educativas. Sin embargo, esta postura es criticada por expertos en políticas de inmigración y académicos, quienes argumentan que restringir estas visas pondría en peligro el objetivo público del estado de promover la educación superior.
La presidenta de la Asociación Americana de Universidades y Colegios, Lynn Pasquerella, advierte que "restringir estas visas en Florida pondría en peligro el objetivo público del estado de promover la educación superior, al reducir la capacidad de reclutar y retener a los mejores profesores, investigadores y estudiantes internacionales".
Por otro lado, Charles Lee Isbell Jr., rector de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, alerta que "contratar a candidatos menos cualificados debilitaría la selección basada en el mérito y comprometería la excelencia académica".
Es importante destacar que DeSantis no tiene autoridad directa para eliminar las visas H-1B, ya que estas son emitidas por el gobierno federal. Sin embargo, el estado podría dejar de patrocinar nuevos visados o limitar su uso en instituciones públicas.
Este anuncio refleja el giro restrictivo de la política migratoria estadounidense y el creciente debate sobre el equilibrio entre proteger el empleo nacional y mantener la competitividad global.