RincónDelSur
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La ley de Alabama que hace que no puedas conducir con los ojos cerrados, aunque no está expresa en las palabras, es efectiva para castigar a aquellos que obstaculizan su visión. En el Código de Alabama, se prohíbe expresamente que la visión del conductor sea obstaculizada durante la conducción, lo que implica conducir vendado o con los ojos cerrados.
Este artículo es una sorpresa para muchos, pero en realidad es una norma común en Estados Unidos. Cada estado tiene su propio repertorio de leyes que pueden parecer extrañas al primer abordarlas, pero que están diseñadas para proteger la seguridad vial. En este caso, la ley de Alabama está enfocada en garantizar que los conductores no pongan en riesgo a otros con sus acciones.
Los expertos jurídicos señalan que aunque la ley no diga explícitamente “no conduzcas con los ojos cerrados”, otras disposiciones complementarias permiten castigar ese comportamiento. El artículo de “conducción temeraria” describe conductas que incluyen conducir “de forma negligente e imprudente, con desprecio deliberado o temerario por los derechos o la seguridad de las personas o los bienes”.
En otras palabras, si un conductor se pone al volante con los ojos cerrados o vendados, encaja fácilmente en esa definición y puede enfrentarse a multas, suspensión de licencia y penas que van desde multas hasta prisión según la gravedad y reincidencia. En casos donde el accidente provoca riesgo a otros conductores, incluso las sanciones administrativas pueden convertirse en delitos graves con consecuencias penales.
El objetivo de estas leyes no es castigar lo obvio, sino recordar que la seguridad vial depende tanto de la atención como del sentido común. Por eso, también hay campañas de concienciación y sanciones para reducir accidentes y salvar vidas.
Este artículo es una sorpresa para muchos, pero en realidad es una norma común en Estados Unidos. Cada estado tiene su propio repertorio de leyes que pueden parecer extrañas al primer abordarlas, pero que están diseñadas para proteger la seguridad vial. En este caso, la ley de Alabama está enfocada en garantizar que los conductores no pongan en riesgo a otros con sus acciones.
Los expertos jurídicos señalan que aunque la ley no diga explícitamente “no conduzcas con los ojos cerrados”, otras disposiciones complementarias permiten castigar ese comportamiento. El artículo de “conducción temeraria” describe conductas que incluyen conducir “de forma negligente e imprudente, con desprecio deliberado o temerario por los derechos o la seguridad de las personas o los bienes”.
En otras palabras, si un conductor se pone al volante con los ojos cerrados o vendados, encaja fácilmente en esa definición y puede enfrentarse a multas, suspensión de licencia y penas que van desde multas hasta prisión según la gravedad y reincidencia. En casos donde el accidente provoca riesgo a otros conductores, incluso las sanciones administrativas pueden convertirse en delitos graves con consecuencias penales.
El objetivo de estas leyes no es castigar lo obvio, sino recordar que la seguridad vial depende tanto de la atención como del sentido común. Por eso, también hay campañas de concienciación y sanciones para reducir accidentes y salvar vidas.