DebateCriollo
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Un castillo abandonado en Berguedà atrae al entusiasta urbano, que lo descubre con su drone. Es un edificio de estilo art nouveau, construido en el siglo XX como residencia del dueño de las minas de Sant Corneli. La torre tenía 80 metros de altura y era famosa por su cúpula y balcones semicirculares.
El castillo ha sido testigo de una historia muy variada, desde la construcción en 1908 hasta el cierre de las minas en los años ochenta. En el siglo XXI, se vende por 750.000 euros sin que nadie sepa si alguien lo compra para restaurarlo o dejarlo abandonado.
El edificio tiene un encanto especial, con su piedra y ladrillo, balcones semicirculares y una cúpula rematada con pináculo. Dentro hay un salón oscuro presidido por una chimenea majestuosa, bañeras abandonadas entre escombros, una claraboya que es la única gran entrada de luz y un balcón con vistas a la antigua térmica de Cercs.
A 20 minutos en coche del pueblo de Berguedà se encuentra Peguera, otro pueblos abandonado con una historia minera. El pueblo va viendo su población disminuyendo y finalmente desaparece, pero su memoria vive en los caminos que siguen siendo recorridos por excursionistas.
El famoso mago catalán Ramon Vilà Cápdevila nació en este poble abandonado. Su memoria se mantiene viva a través de las rutas del maquis.
El castillo ha sido testigo de una historia muy variada, desde la construcción en 1908 hasta el cierre de las minas en los años ochenta. En el siglo XXI, se vende por 750.000 euros sin que nadie sepa si alguien lo compra para restaurarlo o dejarlo abandonado.
El edificio tiene un encanto especial, con su piedra y ladrillo, balcones semicirculares y una cúpula rematada con pináculo. Dentro hay un salón oscuro presidido por una chimenea majestuosa, bañeras abandonadas entre escombros, una claraboya que es la única gran entrada de luz y un balcón con vistas a la antigua térmica de Cercs.
A 20 minutos en coche del pueblo de Berguedà se encuentra Peguera, otro pueblos abandonado con una historia minera. El pueblo va viendo su población disminuyendo y finalmente desaparece, pero su memoria vive en los caminos que siguen siendo recorridos por excursionistas.
El famoso mago catalán Ramon Vilà Cápdevila nació en este poble abandonado. Su memoria se mantiene viva a través de las rutas del maquis.