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En el corazón del pueblo de Busot, Alicante, se esconde un tesoro abandonado que ha sido testigo de secretos y leyendas durante más de dos siglos. El Preventorio de Aguas de Busot, con sus paredes impermeables a la historia, ahora se convierte en un muro de silencio, rodeado de una niebla eterna.
El edificio, levantado por el genial arquitecto Pedro García Faria en 1816, fue sinónimo de esplendor y bienestar terapéutico durante siglos. Miles de visitantes se apiñaban anualmente para curarse de sus afecciones y disfrutar del agua terrenal que las hacía sentir sanas y hermosas. Pero el tiempo no es de los que son amados por todos, y el Preventorio quedó abandonado en 1920.
Durante la Guerra Civil, el edificio cambió de destino y se convirtió en un hospital para niños con tuberculosis. Sin embargo, tras la contienda, cerró sus puertas, y hoy permanece atrapado en ese momento eterno. Los sueños de rehabilitación y resurrección nunca se materializaron, y ahora es un cenotafio donde las sombras de lo pasado se desvanecen.
Pero hay quien dice que el Preventorio de Aguas de Busot no está vacío. Según la leyenda, las puertas del edificio se abren solo para aquellos que buscan algo más allá de lo mundano. Se hablan voces de niños y damas vestidas de blanco, y extraños ruidos que parecen provenir de las profundidades de su interior.
La historia del Preventorio es un calembaut de misterio y terror. Un lugar donde el tiempo se detiene, y la realidad parece estar a punto de desvanecerse. Aquí, los curiosos se aventuran sin temor a la nada, atraídos por el llamado de una época olvidada. ¿Qué secretos ocultan sus paredes? ¿Qué leyendas se esconden en sus pasillos? Solo uno puede saberlo: el Preventorio de Aguas de Busot es un lugar donde lo sobrenatural y lo terrenal se unen, y quién sabe qué, podría despertar en algún momento.
El edificio, levantado por el genial arquitecto Pedro García Faria en 1816, fue sinónimo de esplendor y bienestar terapéutico durante siglos. Miles de visitantes se apiñaban anualmente para curarse de sus afecciones y disfrutar del agua terrenal que las hacía sentir sanas y hermosas. Pero el tiempo no es de los que son amados por todos, y el Preventorio quedó abandonado en 1920.
Durante la Guerra Civil, el edificio cambió de destino y se convirtió en un hospital para niños con tuberculosis. Sin embargo, tras la contienda, cerró sus puertas, y hoy permanece atrapado en ese momento eterno. Los sueños de rehabilitación y resurrección nunca se materializaron, y ahora es un cenotafio donde las sombras de lo pasado se desvanecen.
Pero hay quien dice que el Preventorio de Aguas de Busot no está vacío. Según la leyenda, las puertas del edificio se abren solo para aquellos que buscan algo más allá de lo mundano. Se hablan voces de niños y damas vestidas de blanco, y extraños ruidos que parecen provenir de las profundidades de su interior.
La historia del Preventorio es un calembaut de misterio y terror. Un lugar donde el tiempo se detiene, y la realidad parece estar a punto de desvanecerse. Aquí, los curiosos se aventuran sin temor a la nada, atraídos por el llamado de una época olvidada. ¿Qué secretos ocultan sus paredes? ¿Qué leyendas se esconden en sus pasillos? Solo uno puede saberlo: el Preventorio de Aguas de Busot es un lugar donde lo sobrenatural y lo terrenal se unen, y quién sabe qué, podría despertar en algún momento.